El ejercicio, en sus distintas modalidades, se aplica en programas integrales cuyo objetivo principal es la pérdida de masa grasa. Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (MacKenzie-Shalders y col, J Sports Sci 12.1-15; doi: 10.1080/02640414.2020.1754716) cuyo objetivo fue evaluar los efectos del ejercicio aeróbico, de fuerza y combinado sobre la tasa metabólica basal (RMR; kcal/día) evaluada por calorimetría indirecta. También se analizaron subgrupos de restricción de energía y cambios de composición corporal. 18 estudios fueron incluidos en el metaanálisis. Los resultados mostraron que los programas de ejercicio combinado (aeróbico y fuerza) no incrementaron la tasa metabólica basal (diferencia media (MD): 74.6 kCal·day-1[95% CI: -13.01, 161.33], P = 0.10). Mientras no hubo efecto del ejercicio aeróbico sobre la RMR (MD: 81.65 kCal·day-1[95% CI: -57.81, 221.10], P = 0.25), el ejercicio de fuerza incrementó la RMR comparado con los controles (MD: 96.17 kCal·day-1[95% CI: 45.17, 147.16], P = 0.0002). En resumen, el entrenamiento de fuerza incrementa la tasa metabólica basal, mientras que el ejercicio aeróbico y el combinado (aeróbico + fuerza) no provocan cambios significativos.
La tasa metabólica basal viene a suponer por término medio un 60-65% de toda la energía diaria consumida por un individuo físicamente activo. La tasa metabólica basal depende en gran parte de la masa muscular total de sujeto, que es el tejido metabólicamente más activo. Por consiguiente, al aumentar la masa muscular se incrementará la tasa metabólica basal y con ello el gasto energético diario. Es por ello por lo que el entrenamiento de fuerza (perfil hipertrofia) es el más eficaz para perder grasa corporal en personas que no tienen una elevada capacidad de realizar ejercicio aeróbico de gran volumen e intensidad.