Efectos de la intensidad del ejercicio aeróbico en rehabilitación cardiaca

El entrenamiento aeróbico es uno de los componentes más importantes en los programas de rehabilitación cardiaca. En los últimos años hemos asistido a la irrupción de modalidades de entrenamiento de alta intensidad en el ámbito clínico, proponiendo en muchos casos esta modalidad de entrenamiento como más ventajosa para los pacientes en programas de rehabilitación cardiaca. Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Mitchell y col, 2018; Br J Sports Med 18-ago; doi: 10.1136/bjsports-2018-099153) cuyo objetivo fue valorar el papel de la intensidad del ejercicio sobre los cambios en el fitness cardiorrespiratorio (CRF) en pacientes incluidos en programas de rehabilitación cardiaca. Se analizaron 128 estudios que englobaban a 13220 pacientes que habían realizado programas de ejercicio en rehabilitación de intensidad: moderada, moderada-intensa o intensa, y habían realizado pruebas de esfuerzo con análisis de gases respiratorios. Los resultados mostraron que los programas de intensidad moderada y moderada-intensa se asociaron con mejoras moderadas en el VO2pico (ml/kg/min), mientras que los entrenamientos más intensos se asociaron con mayores aumentos del VO2pico. Por otra parte, el entrenamiento moderado y el intenso se asociaron con cambios moderados en el VO2pico (l/min), mientras que el entrenamiento moderado-intenso se asoció con cambios más notables. Se detecto una importante heterogeneidad entre los estudios. Los autores concluyen que el entrenamiento aeróbico incluido en rehabilitación cardiaca se asoció con aumentos significativos del VO2pico. Aunque el ejercicio de más intensidad se asoció a mayores cambios en el VO2pico expresado en términos relativos (ml/kg/min) las diferencias en conjunto entre diferentes intensidades no se consideran significativo desde un punto de vista clínico.

Con demasiada frecuencia nos fijamos más en los detalles que el fondo de las cuestiones importantes, especialmente en el ámbito de aplicación de ejercicio en el ámbito clínico, es decir, lo que se denomina ejercicio terapéutico. Así, por un lado, están los cambios fisiológicos que podemos valorar con diferentes pruebas (test de esfuerzo, etc.) y por otro los cambios o modificaciones clínicas en el cuadro general del paciente. Con frecuencia estos cambios se relacionan, pero no siempre las pequeñas modificaciones fisiológicas tienen repercusión en el pronóstico o calidad de vida de los pacientes. No olvidemos que el objetivo de los programas de ejercicio no es la mejora del VO2pico o del 1RM de extensión de piernas, sino la salud de los pacientes. Digo esto para poner algo de contrapeso a la euforia desmedida que muchas veces se instala en investigadores que trabajan con pacientes, pero que no cuidan o tratan a esos pacientes, solo los evalúan después de aplicar programas de ejercicio en un corto periodo de tiempo.

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