Las carreras de kilómetro vertical (VK), en las que los corredores ascienden 1000 m en distancias menores a los 5000 m son muy populares. Sin embargo, pocos estudios han valorado aspectos energéticos de la carrera por encima de los 25° de pendiente positiva. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Ortiz y col, 2017; Eur J Appl Physiol 10-jul) cuyo objetivo fue determinar si ~30° es el ángulo óptimo para subir corriendo con el menor costo de energía para una velocidad vertical específica. Los autores cuantificaron el costo metabólico de caminar y correr en varias velocidades con una inclinación de 30°. Participaron corredores experimentados que caminaron y corrieron en periodos de 5 min con 5 min de descanso entre los intervalos. La velocidad inicial fue de 0,3 m/s, aumentando la velocidad 0,1 m/s en cada intervalo hasta que los sujetos no pudieron mantener la velocidad. Se midió VO2, W/kg y costo metabólico para caminar (Cw) y correr (Cr), por unidad de distancia (J/kg/m). Los resultados mostraron que VO2 y W/kg aumentaron linealmente con la velocidad. Entre 0,3 y 0,7 m/s, Cw<Cr. A 0,8 m/s no hubo diferencias y la extrapolación sugiere que a mayores velocidades correr se asociaría a menor costo que caminar. Los autores concluyen que para una inclinación de 30°, para velocidades más lentas de 0,7 m/s (2,52 km/h), caminar requiere menos potencia metabólica que correr (w/kg) sugiriendo que la mayoría de los corredores de pruebas de kilómetro vertical deberían caminar antes que correr.
Como en otras disciplinas deportivas, conviene realizar una clara separación entre el corredor de kilómetro vertical de élite del aficionado. En este último grupo el abanico es muy amplio, algunos están cerca del rendimiento de la elite, mientras que otros (los más) transitan fisiológicamente por escenarios totalmente distintos. En ese contexto, los atletas de elite tienen capacidad para poder correr gran parte del recorrido de esas pruebas al resultarles más económico y más rápido, mientras que para la gran mayoría caminar resultará más ventajoso en la mayor parte del recorrido. Así, pues acomodemos la estrategia a nuestra capacidad y no a nuestros deseos.
