Asociación entre entrenamiento de fuerza y morbimortalidad cardiovascular

El entrenamiento de fuerza (RE) puede mejorar factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (CVD), pero faltan datos fiables sobre su relación con la morbimortalidad cardiovascular. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Liu y col, 2018; Med Sci Sports Exerc 20-oct; doi: 10.1249/MSS.0000000000001822) cuyos autores investigaron las asociaciones del entrenamiento de fuerza con la mortalidad por enfermedades cardiovasculares o cualquier otra causa, estudiando además el efecto de la mediación del índice de masa corporal (IMC) entre RE y enfermedad cardiovascular. Fueron incluidos en el estudio 12591 participantes (edad media de 47 años) que al menos fueron examinados en dos ocasiones entre 1987 y 2006, mediante historia clínica por cuestionario. Durante el seguimiento efectuado (de 5,4 a 10,5 años), ocurrieron 205 eventos cardiovasculares (morbilidad y mortalidad combinados) y 276 muertes por otras causas. La realización de entrenamiento de fuerza (1-3 sesiones/semana, <60 min total) se asoció con una reducción del 40-70% en el riesgo de eventos cardiovasculares, independientemente de si hacían ejercicio aeróbico o no. No hubo mayores efectos al realizar 4 o más sesiones de fuerza a la semana (≥60 minutos). Resultados similares fueron observados para la morbilidad cardiovascular y mortalidad por cualquier causa, independientemente del ejercicio aeróbico realizado. Los efectos del entrenamiento de fuerza se atribuyeron de manera directa por el propio entrenamiento, y de manera indirecta por el descenso del IMC. Los autores concluyeron que 1 h o menos de entrenamiento de fuerza a la semana, independientemente de hacer o no ejercicio aeróbico, se asoció con un descenso de riesgo de mortalidad cardiovascular o de cualquier causa.

Aunque durante los últimos 50 años se ha recomendado el ejercicio aeróbico como la modalidad de entrenamiento más vinculado a la salud y prevención de enfermedades, desde hace una década el entrenamiento de fuerza está ganando posiciones en la recomendación de ejercicio vinculado a la salud. Mi opinión es que en pocos años el ejercicio o entrenamiento de fuerza será la modalidad de ejercicio más ampliamente recomendada para prevenir enfermedades crónicas no transmisibles y/o mantener o mejorar el estado de salud, especialmente en edad media y avanzada de la vida. El conocimiento de la función endocrina del músculo ha sido decisivo para este cambio de paradigma de ejercicio-salud.

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