VIDEO BLOG – Suplementación con melatonina: utilidad en salud, enfermedad y rendimiento deportivo

La melatonina (C13H16N2O2) es una hormona derivada del triptófano, sintetizada principalmente en la glándula pineal. Regula el ciclo sueño-vigilia, siendo considerada el principal “señalizador de oscuridad” del organismo. Además de su papel cronobiológico, la melatonina se produce en otros tejidos como el tracto gastrointestinal y las células inmunes, donde tiene funciones locales relevantes. Actúa sobre receptores MT1 y MT2 del sistema nervioso central, regulando no solo el sueño, sino también la temperatura corporal y la estabilidad del estado de ánimo. Tiene propiedades antioxidantes, protege neuronas del daño oxidativo, modula neurotransmisores como serotonina y dopamina, regula la respuesta inmune y reduce la inflamación. Su producción sigue un patrón diurno-nocturno: aumenta en ausencia de luz y disminuye durante el día. La secreción disminuye con la edad, contribuyendo a trastornos del sueño en personas mayores.

Se realizó una revisión narrativa de literatura utilizando bases de datos como PubMed, Scielo, Web of Science, CrossRef y Google Scholar. Se consideraron publicaciones entre 2011 y 2024. Se analizaron 71 estudios, incluyendo ensayos clínicos randomizados, estudios observacionales, revisiones sistemáticas y metaaanálisis.

La evidencia se clasificó en tres niveles: baja (estudios con fallos metodológicos), moderada (calidad adecuada pero limitaciones) y alta (excelente calidad, consistencia y aplicabilidad clínica).

Resultados

Peso corporal, apetito y obesidad

La melatonina podría modular el metabolismo energético, reduciendo peso corporal y mejorando indicadores como IMC y circunferencia de cintura. Estudios como los de Delpino y Figueiredo (2021) y Mohammadi et al. (2021) muestran reducciones significativas en estos parámetros. Además, la melatonina regula la secreción de adipocinas (incrementa adiponectina y omentina-1; disminuye leptina y resistina) y mejora el estrés oxidativo.

Sobre el apetito, hay evidencia de que regula hormonas como leptina y grelina, favoreciendo menor ingesta calórica, aunque resultados en humanos son inconsistentes. En trabajadores nocturnos, la melatonina reduce el desajuste circadiano y el peso corporal en cronotipos matutinos.

Enfermedades crónicas no transmisibles

En diabetes tipo 2, la melatonina mejora la sensibilidad a la insulina, disminuye glucemia y optimiza la cascada de fosforilación de la insulina en hígado, músculo y páncreas (activación de SIRT1, STAT3, PI3K, IRS1, AKT, PKCζ). Algunos estudios reportan reducción de presión arterial nocturna y mejora de la rigidez arterial.

Sin embargo, en pacientes diabéticos, también se ha observado aumento de la variabilidad glucémica. En pacientes con síndrome de ovario poliquístico, la melatonina mejora la capacidad antioxidante pero no afecta significativamente el riesgo cardiometabólico.

Microbiota intestinal

La melatonina influye en la microbiota intestinal restaurando la disbiosis inducida por factores como la privación de sueño. Mejora la composición bacteriana aumentando Lactobacillus y la producción de ácidos grasos de cadena corta (acetato, butirato, propionato). También regula vías de señalización inflamatoria como TLR4/NF-κB y MCT1/HDAC3.

Cáncer e inmunidad

La melatonina presenta efectos antitumorales a través de inducción de apoptosis, inhibición de la proliferación, regulación de angiogénesis y de la diferenciación neuroendocrina. Mejora la actividad de células NK, macrófagos y linfocitos T. Está siendo investigada como coadyuvante en cáncer de próstata, páncreas y mama. Puede mejorar calidad de vida reduciendo fatiga en pacientes bajo tratamiento oncológico.

Calidad del sueño

La suplementación mejora parámetros objetivos y subjetivos del sueño: reducción de latencia de inicio, aumento del sueño profundo y disminución de despertares nocturnos. Resulta eficaz en insomnio primario, en pacientes con COVID-19, en UCI y en preoperatorios. También se ha visto efectiva en mejorar el sueño en personas con enfermedades respiratorias.

Trastornos psiquiátricos

La melatonina disminuye síntomas de depresión y ansiedad, especialmente en el contexto prequirúrgico y en mujeres posmenopáusicas. También podría tener un rol adyuvante en TDAH y trastornos del espectro autista. No obstante, su efecto como tratamiento antidepresivo profiláctico tras eventos agudos es limitado.

Enfermedades cognitivas y neurológicas

La melatonina protege contra el deterioro cognitivo asociado al estrés oxidativo y la neuroinflamación en enfermedades como Alzheimer, Parkinson, y esclerosis múltiple. También mejora la calidad de sueño en epilepsia y reduce frecuencia de crisis en epilepsias generalizadas. Puede ser un tratamiento complementario en migrañas.

Poblaciones pediátricas

En niños con trastornos del neurodesarrollo, la melatonina mejora inicio y mantenimiento del sueño. También podría modular la respuesta inmune en niños con síndrome de Down. Aunque su uso parece seguro a corto plazo, se desconoce su seguridad en tratamientos prolongados.

Embarazo

Se sugiere que la melatonina podría mejorar implantación embrionaria, crecimiento fetal y disminuir el riesgo de preeclampsia y parto prematuro debido a su capacidad antioxidante. Estudios recientes indican que su uso en embarazo y lactancia parece seguro, pero faltan datos robustos para recomendaciones generales.

Rendimiento deportivo

La melatonina podría reducir el daño muscular, el estrés oxidativo y la inflamación post-ejercicio. Aunque mejora biomarcadores de salud, su impacto directo en el rendimiento (fuerza, resistencia) es incierto. En condiciones de privación de sueño, mejora equilibrio, tiempo de reacción y potencia anaeróbica.

Salud respiratoria

La melatonina podría beneficiar a pacientes con enfermedades respiratorias crónicas por su efecto antioxidante y antiinflamatorio. Mejora la calidad de sueño en EPOC y podría proteger frente a daño pulmonar asociado a ventilación mecánica.

Dosis recomendadas de melatonina

  • Rango de dosis en estudios revisados: entre 1 mg y 10 mg por día para la mayoría de los estudios clínicos.
  • Dosis más altas (hasta 30 mg/día) han sido empleadas en situaciones específicas como:
    • Trastornos del sueño graves.
    • Embarazos de alto riesgo (aunque su uso en embarazo aún no se recomienda de manera generalizada).
    • Ensayos de protección neurológica fetal.
  • Dosis comunes utilizadas en adultos:
    • Para mejorar la calidad del sueño: 3 mg a 5 mg antes de dormir.
    • Para reducir ansiedad prequirúrgica: entre 3 mg y 10 mg.
  • En contextos deportivos:
    • Se han usado dosis de 5 mg a 10 mg para mitigar el daño oxidativo post-ejercicio.
  • Observaciones importantes:
    • La dosis óptima debe individualizarse según el caso (edad, patología, objetivo clínico).
    • Recomienda comenzar con la dosis más baja efectiva y ajustar si es necesario.
    • El momento de administración (30-60 minutos antes de dormir) es clave para optimizar su efecto sobre el sueño.

Efectos secundarios potenciales de la melatonina

Aunque la melatonina es considerada generalmente segura a corto plazo, pueden darse varios efectos adversos potenciales:

  • Más frecuentes:
    • Somnolencia residual o “sensación de embotamiento” al día siguiente.
    • Pesadillas o sueños vívidos.
    • Mareos.
    • Cefalea (dolor de cabeza).
    • Náuseas leves.
  • Menos frecuentes pero relevantes:
    • Alteraciones en el estado de ánimo (irritabilidad, tristeza transitoria).
    • Disminución de la presión arterial (en casos de dosis altas).
  • Preocupaciones a largo plazo:
    • No existen suficientes estudios sobre la seguridad en tratamientos prolongados (más de 6 meses de uso continuo).
    • Especial atención debe tenerse en niños y adolescentes, donde hay preocupación sobre:
      • Posibles efectos endocrinos (interferencia con el desarrollo puberal).
      • Dependencia psicológica para dormir.
  • Embarazo y lactancia:
    • Aunque algunos estudios sugieren seguridad, se recomienda precaución y siempre bajo control médico.
  • Interacciones:
    • Puede interactuar con anticoagulantes, inmunosupresores, anticonvulsivantes y medicamentos para la diabetes.

Conclusión

La melatonina es una herramienta prometedora en varios ámbitos de la salud, especialmente en la regulación del sueño y la protección neurológica. No obstante, no debe considerarse una “cura universal”. La evidencia actual muestra beneficios variables según contexto clínico, diseños de estudio y características poblacionales. La dosis más habitual de melatonina para adultos sanos es entre 1-5 mg al acostarse, pero debe adaptarse individualmente. A pesar de su buen perfil de seguridad, es esencial utilizarla con precaución y preferiblemente bajo supervisión médica, especialmente en niños, mujeres embarazadas o personas con patologías crónicas.

Se requiere más investigación clínica de alta calidad para establecer protocolos óptimos y garantizar su uso seguro y efectivo de forma individualizada.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/05/Melatonin-supplementation.pdf

Referencia completa:

Minari TP, Pisani LP. Melatonin supplementation: new insights into health and disease. Sleep Breath. 2025 Apr 25;29(2):169. doi: 10.1007/s11325-025-03331-1.

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