Un patrón de sueño adecuado es imprescindible siempre en relación a la salud, pero en deportistas además lo es para asegurar las adaptaciones fisiológicas, evitar el sobreentrenamiento y asegurar el rendimiento deportivo. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Chase y col, 2017; Appl Physiol Nutr Metab 3-may) cuyo objetivo fue examinar la influencia de la restricción de sueño de una noche sobre el rendimiento en un test de ciclismo (TT) y la función muscular en una sesión realizada por la mañana. Participaron 7 ciclistas aficionados que completaron 2 fases, cada una consistente en ejercicio por la tarde (EX1) y en la mañana siguiente (EX2) separados por diferentes condiciones de patrón de sueño. En una de ellas los sujetos durmieron sin intervención (CON, 7,1±0,3 h de sueño) y en la otra se interrumpió el sueño disminuyendo su duración (SR, 2,4±0,2 h). Las valoraciones realizadas en EX1 consistieron en sensación de dolor muscular, fuerza isocinética y test contrarreloj simulada en bicicleta de 3 k), seguido de 60 min de entrenamiento interválico de alta intensidad y distintos ejercicios de fuerza. EX2 se diseñó para valorar la recuperación de EX1 e incluyó las valoraciones previas. Los resultados mostraron que SR tuvo un efecto negativo significativo (-4±3,0%) en el rendimiento de 3 k comparado con CON. La condición del sueño no tuvo efectos significativos sobre el pico de momento de fuerza o el dolor muscular. Los autores sugieren que una sola noche de restricción de sueño después de una sesión de ejercicio intensa tuvo un marcado descenso del rendimiento en la mañana siguiente.
Muchos deportistas compiten en pruebas exigentes (ej. maratón, triatlón) habiendo dormido “poco y mal” la noche anterior a la competición. No es fácil dormir tranquilo cuando sabes que al día siguiente has de afrontar una prueba deportiva de alta exigencia fisiológica. La mayoría de los estudios muestran que esa falta de descanso repercute negativamente en el rendimiento, por lo que se hace necesario, especialmente en el deporte de alto nivel, considerar el periodo del sueño en general y el del día anterior a la competición en particular como una parta decisiva de la planificación del entrenamiento. Conseguir dormir bien la noche anterior puede requerir de ayuda psicológica, pero si el objetivo es el rendimiento será necesario su control.