Twist C, Conboy E, Davidson M, Price S, Highton J. Physiological, perceptual and neuromuscular responses of team sport athletes to short duration high intensity interval training using cycling. Eur J Appl Physiol. 2025 May 12. doi: 10.1007/s00421-025-05803-4.
El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) se ha consolidado como una estrategia eficiente para mejorar el rendimiento físico en deportistas, especialmente por su capacidad para generar adaptaciones fisiológicas significativas con un volumen de entrenamiento reducido. Esta modalidad se basa en alternar períodos breves de ejercicio intenso con fases de recuperación. Su diseño puede ajustarse manipulando variables como la duración de los intervalos, la intensidad, el tipo de ejercicio y el volumen total, lo que permite adaptarlo a objetivos específicos de entrenamiento, tanto a nivel central (transporte de oxígeno) como periférico (utilización muscular del oxígeno).
En los deportes de equipo, es común utilizar HIIT de corta duración (<60 s), ya que reproduce mejor la naturaleza intermitente del esfuerzo durante la competición. Estudios anteriores han mostrado que estos intervalos breves permiten alcanzar intensidades cercanas al 90% del V̇O₂ máx durante aproximadamente la mitad del tiempo total de trabajo, estimulando así adaptaciones aeróbicas clave. Además, los intervalos cortos podrían favorecer el uso de triglicéridos intramusculares y generar una menor percepción de esfuerzo que los intervalos largos, factores relevantes para la adherencia y tolerancia al entrenamiento.
Sin embargo, aunque existen comparaciones entre HIIT de duración corta y larga, todavía no se ha explorado completamente cómo las variaciones dentro del mismo rango de duración (<60 s) afectan la respuesta fisiológica, perceptiva y neuromuscular. Tampoco está claro cómo estas respuestas se manifiestan en entrenamientos de cicloergómetro, modalidad que se emplea con frecuencia en deportes colectivos como forma de entrenamiento complementario, especialmente durante la rehabilitación o para controlar la carga tras la competición.
Por tanto, este estudio tuvo como objetivo comparar los efectos agudos de dos sesiones de HIIT en cicloergómetro, de igual volumen total, con intervalos de trabajo de 15 s o 30 s a una intensidad del 120% de la potencia correspondiente al V̇O₂ máx (pV̇O₂ máx). Se analizaron variables fisiológicas, perceptivas y neuromusculares. Se planteó la hipótesis de que los intervalos más largos provocarían mayor consumo de oxígeno, frecuencia cardiaca, lactato, percepción de esfuerzo y disminución de la fuerza muscular tras el ejercicio.
Este estudio fue el primero en examinar cómo dos protocolos de HIIT en bicicleta de corta duración, con trabajo de 15 o 30 segundos, afectan agudamente a variables fisiológicas, perceptivas y neuromusculares en deportistas de equipo.
Consumo de oxígeno y tiempo en zona alta
Contrario a lo esperado, los intervalos de 15 s produjeron un mayor consumo medio de oxígeno (V̇O₂) y un tiempo superior >90% del V̇O₂ máx, a pesar de que los de 30 s tenían una mayor duración de trabajo continuo. Esto sugiere una ventaja del protocolo más fraccionado para mantener el metabolismo aeróbico elevado durante el entrenamiento, posiblemente porque los periodos de recuperación pasiva en los intervalos más largos permiten que el V̇O₂ descienda en mayor medida, disminuyendo la media global. En cambio, en los de 15 s, el breve descanso no da tiempo suficiente para esta caída, manteniendo un V̇O₂ alto de forma más constante.
Percepción del esfuerzo y tolerancia al entrenamiento
Pese a alcanzar una mayor intensidad fisiológica, el HIIT de 15 s fue percibido como menos exigente, tanto en la sensación general como en el esfuerzo de las piernas y la dificultad respiratoria. Esta menor percepción subjetiva puede tener implicaciones prácticas importantes: los entrenamientos más tolerables favorecen la adherencia y permiten aplicar cargas altas sin provocar una fatiga excesiva ni comprometer la ejecución técnica o el rendimiento posterior.
Este aspecto es clave para situaciones en las que se busca estimular adaptaciones aeróbicas sin afectar la recuperación o rendimiento posterior, como durante periodos de acumulación de carga, recuperación post-competición o fases de readaptación tras lesiones.
Respuesta neuromuscular
Ambos protocolos de HIIT redujeron la fuerza máxima isométrica del cuádriceps (MVC), pero la disminución fue mayor tras los intervalos de 30 s, lo que coincide con una mayor percepción de esfuerzo en las piernas y una concentración más elevada de lactato. Esto sugiere una mayor demanda neuromuscular y un estrés metabólico más pronunciado en los intervalos largos, posiblemente vinculado a una mayor activación de las vías anaeróbicas, mayor acidificación muscular y agotamiento de fosfágenos.
Además, es probable que también haya una mayor fatiga central (reducción de la activación voluntaria del sistema nervioso central), aunque esto no fue medido directamente. Estas respuestas pueden influir en el rendimiento de entrenamientos posteriores, especialmente en sesiones técnicas o de fuerza, y deberían considerarse a la hora de planificar la carga semanal.
Variabilidad individual y limitaciones del protocolo
Un hallazgo relevante fue la alta variabilidad interindividual en el tiempo pasado >90% del V̇O₂ máx, especialmente en los intervalos de 30 s. Esto plantea dudas sobre la validez de prescribir HIIT basado exclusivamente en un porcentaje de la potencia máxima aeróbica (pV̇O₂ máx), ya que no considera el “reserva anaeróbica” individual, que puede explicar parte de estas diferencias. Es decir, dos deportistas con igual pV̇O₂ máx pueden tener capacidades distintas para sostener intensidades supramáximas dependiendo de su potencia anaeróbica.
Además, se debe tener en cuenta que el cicloergómetro, aunque útil como alternativa al entrenamiento en campo, genera respuestas fisiológicas más lentas que la carrera, lo que puede limitar el tiempo efectivo en zonas de alta intensidad cuando se usan duraciones breves. Esto podría explicar por qué, incluso con un diseño cuidadoso, algunos participantes no alcanzaron el umbral >90% del V̇O₂ máx durante las sesiones.
Implicaciones prácticas
Los resultados apoyan el uso de intervalos de 15 s como una opción más eficaz y tolerable para inducir adaptaciones aeróbicas en atletas de deportes de equipo mediante entrenamiento en bicicleta. Se consigue más tiempo en la zona objetivo (>90% V̇O₂ máx), con menor esfuerzo percibido y menor impacto sobre la fuerza muscular, lo que podría facilitar su inclusión dentro de semanas de alta carga o como parte de estrategias de readaptación. No obstante, se debe considerar la gran variabilidad individual y adaptar el diseño del HIIT a las características específicas del deportista, idealmente considerando su reserva anaeróbica y velocidad de cinética del oxígeno.
Conclusión
Este estudio proporciona evidencia relevante sobre cómo manipular la duración de los intervalos en sesiones de HIIT en bicicleta puede modificar de forma significativa la respuesta aguda de los deportistas. En particular, los intervalos de 15 segundos se posicionan como una alternativa superior en términos de eficiencia fisiológica, tolerancia perceptiva y menor fatiga neuromuscular en comparación con los de 30 segundos, a pesar de realizarse al mismo volumen e intensidad. Estos hallazgos son valiosos para entrenadores, readaptadores y preparadores físicos que buscan optimizar los beneficios del HIIT sin aumentar innecesariamente la carga subjetiva o el riesgo de fatiga residual en atletas de deportes de equipo.
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