Perfiles metabolómicos específicos por posición y su relación con la carga en fútbol profesional

  1. Introducción

El análisis del rendimiento físico en el fútbol ha evolucionado de forma notable gracias al desarrollo de tecnologías capaces de registrar el esfuerzo externo de manera precisa. Los sistemas EPTS, incluidos los dispositivos GPS, permiten cuantificar variables como distancia recorrida, esfuerzos explosivos, velocidad máxima, sprints o aceleraciones—una información crítica para entender la carga externa de cada jugador durante un partido. El fútbol, deporte intermitente por naturaleza, combina esfuerzos de alta intensidad con fases prolongadas de actividad de baja intensidad, pero estos patrones varían significativamente según la posición en el campo. Estudios previos han mostrado que los centrocampistas suelen cubrir mayor distancia total, mientras que los extremos realizan más sprints y los defensas centrales alcanzan menores velocidades punta.

Sin embargo, conocer únicamente la carga externa no basta para comprender los procesos fisiológicos y adaptativos que ocurren en el organismo. La carga interna, entendida como la respuesta biológica del jugador frente a un estímulo físico determinado, ofrece una dimensión complementaria indispensable. Tradicionalmente se ha evaluado mediante variables como frecuencia cardiaca, lactato, TRIMP o percepciones subjetivas del esfuerzo. No obstante, los avances en ciencias ómicas han permitido incorporar herramientas de mayor sensibilidad, entre ellas la metabolómica, capaz de detectar y cuantificar metabolitos presentes en fluidos biológicos como sangre, saliva u orina.

La metabolómica basada en resonancia magnética nuclear (RMN) es particularmente útil para explorar cómo diferentes estímulos fisiológicos, como el ejercicio, modulan rutas metabólicas completas. En el ámbito futbolístico, estudios previos han observado asociaciones entre la carga externa de entrenamiento y la composición metabólica urinaria, incluyendo hormonas esteroideas, metabolitos del estrés celular, productos del metabolismo proteico y vitaminas. Estas evidencias sugieren que la metabolómica podría convertirse en un indicador muy sensible de fatiga, adaptación y sobrecarga.

Dado que las cargas externas difieren según la posición de juego, surgió la hipótesis de que el perfil metabolómico urinario también podría diferenciar a los jugadores según su posición tras un partido oficial. Esta capacidad tendría un enorme potencial aplicado: permitiría mapear las demandas fisiológicas específicas por posición, detectar precozmente signos de fatiga o daño muscular, e incluso ajustar estrategias tácticas y programas de recuperación de manera personalizada.

En este contexto, el estudio se planteó determinar si la metabolómica urinaria obtenida 24 horas después de un partido es capaz de discriminar entre posiciones de juego, y cómo estas diferencias se relacionan con la carga externa registrada por GPS. Se trató de un diseño descriptivo longitudinal que incluyó seis partidos oficiales de jugadores profesionales sub-20.

  1. Resultados principales

Los resultados mostraron diferencias claras en las cargas externas según la posición: los centrocampistas (CM) realizaron mayores distancias totales y relativas, y soportaron mayores cargas mecánicas; los defensas centrales (CD) alcanzaron mayores velocidades máximas; y los laterales/extremos (FB/WM) realizaron más distancia en sprint. El análisis metabolómico identificó 38 metabolitos, de los cuales diez tuvieron un peso especialmente relevante: methylguanidina, trimetilamina, 4-hidroxifenilacético, piruvato, glucosa, formiato, glicina, dimetilglicina, tirosina y uracilo. Estos metabolitos se relacionaron con rutas de metabolismo energético, daño muscular, inflamación y estrés oxidativo.

  1. Discusión

3.1. Diferencias físicas según la posición: una confirmación esperada

La discusión señala que las diferencias encontradas en la carga externa reflejan patrones ya descritos en la literatura: los centrocampistas desempeñan un rol mixto defensa-ataque que exige participación continua, de ahí su mayor distancia total y carga global. Defensas centrales requieren picos de velocidad en acciones muy concretas, mientras que extremos y laterales destacan por esfuerzos repetidos de alta intensidad. Estos comportamientos posicionales generan estímulos fisiológicos muy diferenciados, lo que justificaría perfiles metabólicos también distintos.

3.2. Aportación clave del estudio: la metabolómica distingue perfiles por posición

Aquí reside la aportación más innovadora del trabajo. La metabolómica urinaria 24 h post-partido permitió detectar firmas metabólicas específicas por posición, especialmente entre centrocampistas, laterales y defensas centrales.

  • Centrocampistas (CM):

Mostraron asociaciones con metabolitos ligados a daño muscular e inflamación, como methylguanidina, 4-hidroxifenilacético y dimetilglicina. Esto sugiere que su elevada carga física, especialmente en esfuerzos submáximos prolongados, genera un mayor estrés muscular post-partido.

  • Defensas centrales (CD):

Se asociaron con metabolitos del metabolismo energético y estrés oxidativo, como glicina, formiato y piruvato. Este patrón encaja con su necesidad de realizar esfuerzos intensos pero puntuales, con demandas energéticas rápidas y altos picos de potencia.

  • Laterales (FB):

Presentaron un patrón metabólico intermedio, coincidiendo con su rol híbrido en ataque y defensa.

Estos hallazgos demuestran que la metabolómica capta con precisión finas diferencias fisiológicas determinadas por las demandas del juego según la posición.

3.3. Interpretación fisiológica de los metabolitos clave

La discusión profundiza en la relevancia bioquímica de los metabolitos identificados:

  • Glucosa, piruvato y formiato:

Indicadores directos de metabolismo energético, actividad del ciclo TCA y beta-oxidación. Su presencia elevada sugiere una continuación de la resíntesis energética y estrés metabólico 24 h después del partido.

  • Methylguanidina y dimetilglicina:

Relacionadas con estrés muscular, metilación y metabolismo proteico, típicamente elevadas tras esfuerzos prolongados.

  • 4-hidroxifenilacético:
    Producto de degradación de tirosina, asociado a procesos inflamatorios y daño tisular.
  • Uracilo:
    Vinculado al metabolismo del ADN y procesos de reparación celular, posiblemente reflejando regeneración post-partido.

Estos biomarcadores permiten decodificar rutas metabólicas activadas específicamente según el tipo de esfuerzo predominante en cada posición.

3.4. Correlaciones entre carga externa y perfil metabolómico

El estudio detectó asociaciones muy sugerentes:

  • Glucosa correlacionó positivamente con la distancia relativa, indicando mayor demanda energética en jugadores con mayor volumen de desplazamiento.
  • 4-hidroxifenilacético se relacionó con distancia total, acciones explosivas y desaceleraciones, lo que refuerza su vínculo con daño muscular.
  • Trimetilamina y dimetilglicina correlacionaron negativamente con la velocidad máxima, lo que podría indicar que los jugadores sometidos a mayor estrés metabólico muestran menor capacidad de esprint explosivo 24 h después.

Estas correlaciones consolidan la idea de que la metabolómica es una herramienta precisa para cuantificar carga interna y recuperación.

3.5. Implicaciones prácticas para la preparación física y la medicina deportiva

La discusión propone aplicaciones directas:

  • Individualizar recuperación post-partido según la firma metabólica de cada posición o jugador.
  • Ajustar cargas de entrenamiento en función de biomarcadores de inflamación o daño muscular.
  • Monitorizar riesgo de sobrecarga, detectando estados metabólicos alterados antes de que se manifiesten síntomas clínicos.
  • Integrar metabolómica y GPS para desarrollar modelos de carga realmente precisos y personalizados.

Se trata de un enfoque alineado con la medicina de precisión aplicada al deporte.

3.6. Limitaciones

La discusión reconoce varias limitaciones:

  • Número reducido de jugadores debido al acceso restringido a futbolistas profesionales.
  • Influencia de variables no controladas: táctica, contexto del partido, fatiga previa.
  • Bajo poder predictivo de los modelos PLS-DA (Q2), lo que limita la generalización.
  • Recolección de muestras sólo a las 24 h, sin análisis de otras ventanas temporales.
  1. Conclusiones

El estudio demuestra que la metabolómica urinaria mediante RMN puede diferenciar posiciones de juego en fútbol profesional, reflejando tanto las demandas externas como el impacto fisiológico interno. Los centrocampistas presentan mayor huella de daño e inflamación, mientras que defensas y laterales muestran perfiles relacionados con metabolismo energético y estrés oxidativo. Estos resultados avalan el uso de la metabolómica como herramienta emergente para monitorización, prevención y personalización de la carga.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/11/NMR-Based-Metabolomics-Reveals-Position-Specific-Signatures.pdf

Referencia completa:

dos Santos, S.N.; Ananias, G.E.O.; da Rocha, E.R., Jr.; Carmo, A.C.; Bento, E.d.S.; de Aquino, T.M.; Thomatieli-Santos, R.V.; de Lima, L.R.A.; Balikian, P., Jr.; Rodrigues, N.d.A.; et al. NMR-Based Metabolomics Reveals Position-Specific Signatures Associated with Physical Demands in Professional Soccer Players.Biomedicines 2025, 13, 2583. https:// doi.org/10.3390/biomedicines13112583

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