La inhalación repetida de monóxido de carbono (CO) ha suscitado interés en el ámbito del deporte como posible herramienta para mejorar la capacidad de transporte de oxígeno y el rendimiento. Este gas, que se une a la hemoglobina con una afinidad 220–240 veces mayor que el oxígeno, puede inducir eritropoyesis compensatoria y aumentar la masa de hemoglobina (Hbmass). Aunque su uso puede parecer prometedor, plantea riesgos significativos y dilemas éticos.
Efectos del CO más allá de la hemoglobina
El CO influye en múltiples procesos biológicos. A través de la activación del factor de transcripción Nrf2, regula genes relacionados con el equilibrio redox, la biogénesis mitocondrial, la inflamación y la protección celular. Estudios han mostrado que la inhalación de CO aumenta la densidad mitocondrial, la actividad de la citrato sintasa y la capilarización en el músculo esquelético. Estas adaptaciones son similares a las observadas en el entrenamiento de resistencia aeróbica, lo que refuerza su potencial como herramienta para mejorar el rendimiento.
Estudios sobre la inhalación de CO
Diversos estudios han explorado los efectos del CO en la Hbmass y el VO₂max:
- En 2019, se observó un incremento del 3.7% en la Hbmass y del 2.7% en el VO₂max en futbolistas tras cuatro semanas de entrenamiento combinado con CO.
- En 2020, se reportó un aumento del 4.8% en la Hbmass tras tres semanas de dosis diarias controladas de CO, aunque la mejora en el VO₂max no fue estadísticamente significativa.
- En 2024, un estudio con ciclistas de élite mostró un aumento del 5.8% en la Hbmass en aquellos que combinaron CO con entrenamiento en altitud, aunque no hubo mejoras adicionales en el rendimiento respecto a quienes solo entrenaron en altitud.
Estos hallazgos sugieren que el CO puede potenciar la respuesta eritropoyética, pero su impacto en el rendimiento sigue siendo incierto.
Riesgos para la salud
El uso de CO implica riesgos graves debido a su alta afinidad por la hemoglobina, lo que puede causar hipoxia, daño tisular o incluso la muerte. Además, los efectos crónicos de la exposición al CO son desconocidos. Este gas también puede alterar la actividad de enzimas clave, afectando potencialmente la salud a largo plazo y la adaptación al entrenamiento.
Consideraciones éticas y justicia competitiva
La inhalación de CO plantea dilemas éticos, ya que podría considerarse una forma de dopaje al mejorar factores limitantes del rendimiento de resistencia. Además, puede enmascarar el uso de otras sustancias prohibidas, como la eritropoyetina (EPO). Por estas razones, los autores recomiendan prohibir el uso del CO en el deporte competitivo, salvo para pruebas controladas de Hbmass.
Conclusión
Aunque el CO tiene aplicaciones terapéuticas potenciales, sus riesgos superan los posibles beneficios en el deporte. Los limitados efectos en el rendimiento, combinados con riesgos de toxicidad y problemas éticos, hacen que no sea adecuado para su uso en atletas. Se hace un llamado a las autoridades, como la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), para que supervisen y prohíban su uso no terapéutico.
Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/01/Repeated-Carbon-Monoxide-Inhalation-in-Sports.pdf
Referencia completa:
Sperlich B, Holmberg HC, Martin-Rincon M, Skattebo Ø, Burr JF, Hallen J, Boushel RC, Calbet JAL. Repeated Carbon Monoxide Inhalation in Sports: A New Frontier or a Dangerous Gamble? Scand J Med Sci Sports. 2024 Dec;34(12):e70005. doi: 10.1111/sms.70005.