La diabetes mellitus tipo 2 (T2DM) representa un desafío significativo para la salud pública a nivel mundial, con una prevalencia creciente. En 2021, aproximadamente 537 millones de adultos padecían diabetes, y se proyecta que esta cifra aumente a 783 millones para 2045. La carga de la T2DM no solo afecta la salud individual, sino que también tiene un impacto económico considerable en los sistemas de salud. Por ello, es esencial implementar estrategias de manejo del estilo de vida que mitiguen sus efectos.
Las principales organizaciones de salud, como la American Diabetes Association (ADA), el American College of Sports Medicine (ACSM) y la European Association of Preventive Cardiology (EAPC), recomiendan que los adultos con T2DM realicen al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico de intensidad moderada a vigorosa, complementado con entrenamiento de fuerza al menos dos días a la semana. Sin embargo, la adherencia a estas recomendaciones es baja debido a limitaciones de tiempo, falta de motivación o barreras físicas.
El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) ha emergido como una alternativa potencialmente efectiva para las personas con T2DM. HIIT consiste en alternar períodos cortos de ejercicio intenso con períodos de descanso o actividad de menor intensidad. Estudios recientes han demostrado que puede ser igual o incluso más efectivo que el entrenamiento continuo de intensidad moderada (MICT) para mejorar la condición cardiorrespiratoria, la composición corporal, la sensibilidad a la insulina y el control glucémico.
HIIT suele ejecutarse a intensidades entre el 80%-100% de la frecuencia cardíaca máxima y se diferencia del entrenamiento de esprint (Sprint Interval Training, SIT), que requiere esfuerzos máximos o supramáximos (>100% del consumo máximo de oxígeno, VO₂max). Además, su menor duración lo hace atractivo para quienes tienen dificultades para cumplir con las recomendaciones tradicionales de ejercicio.
A pesar del creciente número de estudios que investigan el impacto del HIIT en la T2DM, los hallazgos han sido inconsistentes. Algunas revisiones sistemáticas concluyen que HIIT es más efectivo que MICT para mejorar el control glucémico, mientras que otras no encuentran diferencias significativas. Esta heterogeneidad en los resultados se debe a variaciones en los grupos de comparación, modalidades de HIIT, duración de las intervenciones y medidas de resultado utilizadas.
Para abordar estas discrepancias, se realizó una revisión paraguas, que es una síntesis de revisiones sistemáticas y metaanálisis, con el objetivo de proporcionar una visión general de la eficacia del HIIT en el control glucémico y otros indicadores de salud cardiometabólica en individuos con T2DM. Además, se evaluó la calidad metodológica de las revisiones sistemáticas incluidas mediante la herramienta AMSTAR-2.
Esta revisión paraguas es la primera en evaluar la eficacia del HIIT en comparación con el MICT y con grupos de control sin ejercicio en individuos con T2DM. Se incluyeron 10 revisiones sistemáticas con metaanálisis, que abarcan 76 estudios primarios y 2954 participantes únicos con diabetes tipo 2. Los resultados confirman que el HIIT es una estrategia eficaz para mejorar el control glucémico y otros indicadores de salud cardiometabólica.
Efectos del HIIT en el control glucémico y la salud cardiometabólica
Los hallazgos indican que el HIIT mejora significativamente los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c), glucosa en ayunas (FBG), insulina en ayunas (FBI) y resistencia a la insulina (HOMA-IR) en comparación con el grupo de control sin ejercicio. Además, se observaron mejoras en la capacidad cardiorrespiratoria (VO₂max), la composición corporal, los perfiles lipídicos y la presión arterial.
La reducción de HbA1c es particularmente relevante en el manejo de la T2DM, ya que se ha asociado con una disminución del 37% en el riesgo de complicaciones microvasculares y un 21% en el riesgo de eventos cardiovasculares o mortalidad. Se cree que los beneficios del HIIT en el control glucémico están mediados por mejoras en la función mitocondrial, mayor sensibilidad a la insulina y reducción del estrés oxidativo. Además, el HIIT puede promover un mayor reclutamiento de fibras musculares y un mayor consumo de glucógeno muscular, lo que facilita la captación de glucosa post-ejercicio.
Comparación entre HIIT y MICT
El HIIT también demostró ser superior o al menos comparable al MICT en términos de reducción de HbA1c y mejoras en la capacidad cardiorrespiratoria. Esta última es un predictor clave de mortalidad en personas con diabetes, y su mejora contribuye a la independencia funcional y la calidad de vida.
Sin embargo, para otros parámetros de salud cardiometabólica, como composición corporal, perfil lipídico y presión arterial, los resultados fueron menos concluyentes. Algunas revisiones encontraron que el HIIT genera mayores beneficios que el MICT, mientras que otras no identificaron diferencias significativas. Esto puede deberse a la variabilidad en la duración de las intervenciones y los protocolos utilizados en los estudios analizados.
Factores que pueden influir en los efectos del HIIT
Se identificaron algunos factores moderadores que pueden influir en la eficacia del HIIT, como la duración de la intervención, la intensidad de los intervalos, la duración de los periodos de descanso, la frecuencia de las sesiones y las características de la población estudiada. En general, las intervenciones de ≥12 semanas mostraron mayores mejoras en el control glucémico y la capacidad cardiorrespiratoria.
Seguridad y adherencia al HIIT
Existen preocupaciones sobre la seguridad y la viabilidad del HIIT en personas con T2DM, debido a su intensidad elevada. Sin embargo, los estudios incluidos en esta revisión no reportaron efectos adversos graves, como hipoglucemias o eventos cardiovasculares. Además, la adherencia al HIIT fue comparable a la del MICT, lo que sugiere que este tipo de entrenamiento es bien tolerado y viable para pacientes con diabetes.
Para garantizar su seguridad, se recomienda una evaluación médica previa al inicio del programa, especialmente en personas con complicaciones cardiovasculares. Además, se sugiere comenzar con ejercicios de bajo impacto (como ciclismo o caminata rápida) y realizar una progresión gradual de la intensidad.
Conclusión
Los resultados de esta revisión paraguas respaldan el HIIT como una estrategia efectiva para mejorar el control glucémico y ciertos indicadores de salud cardiometabólica en individuos con T2DM. Sus beneficios en HbA1c y capacidad cardiorrespiratoria lo convierten en una alternativa viable al MICT, con la ventaja de ser más eficiente en términos de tiempo.
No obstante, aún existen lagunas en la investigación, especialmente en lo que respecta a los efectos del HIIT en la composición corporal y los perfiles lipídicos a largo plazo. Se necesitan más ensayos clínicos aleatorizados de alta calidad para establecer con mayor precisión las dosis óptimas de HIIT y su seguridad en poblaciones diversas.
Dado que la adherencia a las recomendaciones de ejercicio sigue siendo un desafío en pacientes con diabetes, el HIIT podría representar una estrategia innovadora y motivadora que facilite la incorporación de la actividad física en su vida diaria.
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Referencia completa:
Poon ET, Li HY, Kong APS, Little JP. Efficacy of high-intensity interval training in individuals with type 2 diabetes mellitus: An umbrella review of systematic reviews and meta-analyses. Diabetes Obes Metab. 2025 Feb 5. doi: 10.1111/dom.16220.