Li X, Xue K. Optimizing Short Sprint Interval Training for Young Soccer Players: Unveiling Optimal Rest Distributions to Maximize Physiological Adaptations. J Sports Sci Med. 2024 Jun 1;23(2):475-486. doi: 10.52082/jssm.2024.475..
El fútbol es un deporte de equipo caracterizado por movimientos explosivos intermitentes, incluyendo aceleraciones y desaceleraciones, cambios repetitivos de dirección, saltos, carreras rápidas, pases, patadas, y cambios rápidos de ritmo (Sheykhlouvand y Gharaat, 2024; Arazi et al., 2020; Ramirez-Campillo et al., 2014; Stølen et al., 2005). La efectividad de los momentos cruciales en un partido de fútbol, como ganar la posesión, anotar, asistir o prevenir goles, depende de la capacidad de los jugadores para ejecutar tareas de alta velocidad y generar potencia (Söhnlein et al., 2014). El entrenamiento de intervalos de sprint (SIT) se destaca como una estrategia de entrenamiento práctica y eficiente en el tiempo dentro del fútbol (Clemente et al., 2021). Este enfoque de entrenamiento, cuando se adapta para satisfacer las demandas del deporte, no solo conserva tiempo valioso sino que también ha demostrado su efectividad en producir mejoras notables (es decir, capacidad de salto, velocidad de sprint y velocidad de cambio de dirección) y fisiológicas (es decir, aptitud cardiorrespiratoria y producción de potencia anaeróbica) entre los jugadores de fútbol (Kunz et al., 2019; Lee et al., 2020; Boullosa et al., 2022; Sheykhlouvand y Gharaat, 2024). Implementar SIT en el fútbol proporciona un enfoque directo para mejorar significativamente el rendimiento atlético de los jugadores (Arazi et al., 2017; Lee et al., 2020). Además del conjunto de técnicas SIT disponibles, un estudio reciente de revisión por Boullosa et al. (2022) ha demostrado que intervalos cortos de SIT (SSIT) de entre 3 a 10 segundos pueden producir respuestas adaptativas comparables a los métodos SIT tradicionales con duraciones más largas. Esto se debe principalmente al hecho de que las respuestas mecánicas más significativas ocurren durante las etapas iniciales de las carreras. SSIT reduce eficazmente la fatiga periférica dentro de los primeros 10 segundos de ejercicio al disminuir la dependencia de la vía glucolítica y aumentar la utilización de ATP-PCr (Boullosa et al., 2022). Como resultado, los protocolos SSIT ofrecen un enfoque prometedor y placentero para mejorar los atributos de aptitud física en jugadores de fútbol masculinos (Lee et al., 2020). Al desarrollar un programa efectivo de SSIT, se deben considerar varios factores, incluyendo el número de series, repeticiones, intensidad, tipo de ejercicio e intervalos de descanso (Buchheit y Laursen, 2013). La modificación de los períodos de descanso entre esfuerzos de alta intensidad es crucial para asegurar respuestas significativas a las intervenciones de intervalos. Los intervalos de descanso entre esfuerzos durante una sesión de entrenamiento juegan un papel significativo en la condición metabólica, como enfatiza Rogers et al. (2024). La duración y la intensidad de los períodos de descanso dentro de las sesiones de SIT pueden especificarse para apuntar a vías metabólicas específicas en las células musculares (Zhang et al., 2024). La investigación sugiere que, para actividades intensas que duran menos de 6 segundos, una relación de descanso a actividad de 1:10 es suficiente para asegurar una recuperación adecuada entre esfuerzos en hombres (Harris et al., 1976; Girard et al., 2011). Notablemente, cuando los esprints superan los 4 segundos (es decir, >25 m) con un intervalo de recuperación de menos de 20 segundos, la tasa inicial de acumulación de lactato en sangre permanece consistentemente alta (es decir, >10 mmol/L) en atletas femeninas (Rogers et al., 2024). Por el contrario, esprints más cortos seguidos de duraciones de recuperación extendidas pueden imponer menos tensión en el sistema energético anaeróbico (Laursen y Buchheit, 2019). Los entrenadores y los atletas deben identificar la relación ideal de trabajo a recuperación, para optimizar sus respuestas adaptativas. A través del ajuste meticuloso de los intervalos de descanso, los entrenadores pueden optimizar la condición metabólica y mejorar la efectividad general del programa SSIT. La manipulación de la duración de los intervalos de descanso entre pruebas puede impactar la producción de potencia al resultar en niveles más bajos de lactato en sangre y H+ después de períodos de descanso más largos, mientras también utiliza ATP-PCr (Iaia et al., 2017; Rogers et al., 2024). No obstante, todos los caminos energéticos metabólicos están activamente comprometidos durante un partido de fútbol (Buchheit y Laursen, 2013; Stølen et al., 2005). Por ejemplo, ejecutar un salto y cabecear el balón durante un córner que dura aproximadamente 5 segundos requiere la utilización de ATP-PCr muscular, mientras que un contraataque que dura entre 5 a 10 segundos requiere la vía metabólica glucolítica (Domene, 2013). Por lo tanto, identificar un período de descanso adecuado entre pruebas durante SSIT es crucial para optimizar adaptaciones en los atributos de aptitud física y aptitud cardiorrespiratoria, así como el rendimiento de potencia anaeróbica de los jugadores de fútbol (Iaia et al., 2017). La manipulación de los intervalos de descanso entre pruebas de sprint ha demostrado tener un impacto significativo en el rendimiento, los niveles hormonales y las variables fisiológicas en atletas masculinos y femeninos (Zhang et al., 2024; Rogers et al., 2024). Reilly (2007) sugirió que para las pruebas de esprint en jugadores de fútbol, el período de descanso ideal debería ser aproximadamente de 4 a 5 veces la duración del ejercicio para asegurar una recuperación adecuada. En contraste, Gaitanos et al. (1993) encontraron que un período de descanso de 30 segundos era insuficiente para la recuperación después de un sprint de 6 segundos en hombres físicamente activos. En términos de adaptaciones tras diferentes relaciones de ejercicio a descanso, recientemente, Zhang y colegas (2024) revelaron que relaciones más cortas son más adecuadas para maximizar adaptaciones en el consumo máximo de oxígeno, mientras que períodos de descanso más largos son mejores para el rendimiento físico y la producción de potencia durante la prueba anaeróbica de Wingate para los atletas masculinos de judo universitarios. Sin embargo, las relaciones óptimas de ejercicio a descanso para SSIT aún no se han determinado. Además de los resultados de rendimiento y fisiológicos, las respuestas hormonales al entrenamiento se consideran cruciales para el desarrollo de atributos de aptitud física (Kraemer y Ratamess, 2005). Variaciones en los niveles de cortisol y testosterona tras los períodos de entrenamiento se cree que reflejan el estado del tejido muscular (Kraemer y Ratamess, 2005). Estos cambios, ya sea que aumenten o disminuyan, pueden ocurrir en diferentes etapas dependiendo de la manipulación de los parámetros de entrenamiento, como los intervalos de descanso (Meckel et al., 2011). Investigaciones previas han sugerido que períodos de descanso más largos podrían reducir el cortisol, al tiempo que mejoran los niveles de testosterona (Rahimi et al., 2011). Sin embargo, las relaciones óptimas de ejercicio a descanso para adaptaciones hormonales a SSIT aún no están claras. Actualmente, hay un conocimiento limitado con respecto a los efectos de diferentes relaciones de ejercicio a descanso en SSIT para alcanzar respuestas adaptativas óptimas. Esta brecha en el conocimiento dificulta nuestra capacidad para identificar los intervalos de descanso más efectivos para mejorar parámetros de rendimiento y fisiológicos específicos en jugadores de fútbol.
Este estudio tuvo como objetivo examinar los efectos de tres diferentes relaciones de trabajo a recuperación (1:3, 1:6, y 1:9) durante SSIT en adaptaciones hormonales, fisiológicas y de rendimiento en jugadores de fútbol masculinos.
Treinta y seis jugadores fueron divididos aleatoriamente en tres grupos de SSIT, cada uno realizando 4 series de 6-10 repeticiones de carreras de 6 segundos a máxima intensidad con intervalos de descanso en proporciones de 1:3, 1:6 y 1:9. Antes y después del período de entrenamiento de 7 semanas, se evaluaron los índices de aptitud aeróbica y la potencia anaeróbica usando un test ergoespirométrico y una prueba de Wingate de miembros inferiores, respectivamente. Además, se determinaron las habilidades biomotoras específicas del deporte midiendo el salto vertical, el sprint de 20 metros y la velocidad de cambio de dirección en la prueba T, Yo-Yo IR1 y la distancia máxima de patada. También se monitoreó el estado hormonal evaluando los niveles de testosterona y cortisol.
Tras el período de entrenamiento de 7 semanas, todas las intervenciones de SSIT resultaron en mejoras significativas (p < 0.05) en el rendimiento relacionado con el fútbol, parámetros fisiológicos y adaptaciones hormonales, exhibiendo tamaños de efecto que variaron de pequeños a grandes. El análisis comparativo indicó que el SSIT de 1:9 resulta en mayores respuestas adaptativas (p < 0.05) en el salto vertical, la potencia máxima, la testosterona y el cortisol en comparación con el grupo de SSIT de 1:3. Por el contrario, el grupo de SSIT de 1:3 indujo más respuestas adaptativas (p < 0.05) en la potencia media, el consumo máximo de oxígeno (V̇O2max) y Yo-Yo IR1 en comparación con el grupo de SSIT de 1:9. Por lo tanto, para mejorar el rendimiento físico, especialmente la altura del salto vertical, la potencia anaeróbica máxima y las adaptaciones hormonales, la proporción de SSIT de 1:9 es preferible. En cambio, intervalos de descanso más cortos (específicamente, la proporción de SSIT de 1:3) son más adecuados para potenciar respuestas adaptativas aumentadas en la potencia media, V̇O2max y Yo-Yo IR1 durante el período de entrenamiento de 7 semanas entre jóvenes jugadores de fútbol masculinos.
En conclusión, manipular los intervalos de descanso puede impactar significativamente la respuesta adaptativa al SSIT. El grupo con períodos de descanso más prolongados (es decir, SSIT de 1:9) mostró mayores mejoras en el salto vertical (VJ), la potencia máxima y los niveles de testosterona y cortisol. Los descansos más cortos (es decir, SSIT de 1:3) mostraron mayores respuestas adaptativas en la potencia media, el consumo máximo de oxígeno (V̇O2max) y el Yo-Yo IR1 después del período de entrenamiento de 7 semanas. Por lo tanto, adaptar la distribución del descanso en el SSIT a objetivos específicos podría facilitar resultados deseables.
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