Entrenamiento interválico aeróbico y síndrome metabólico

El entrenamiento interválico aeróbico (AIT) ha mostrado efectos beneficiosos para la salud al emplearlo en personas sanas y en pacientes con diferentes patologías. En particular, la aplicación de AIT en pacientes con síndrome metabólico (MetS) se ha asociado a mejoras más significativas en los indicadores de salud que la realización de entrenamiento moderado continuo. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Guapalupe-Grau y col, 2017; Scand J Med Sci Sports 21-mar) cuyo objetivo fue valorar los efectos de 6 meses de AIT sobre la salud cardio-metabólica y metabolismo muscular en pacientes con síndrome metabólico de edad media (54,5±0,7 años). La intervención tuvo una duración de 6 meses, con un programa de AIT supervisado 3 días a la semana realizado sobre cicloergómetro. Se realizaron valoraciones de índices de salud cardio-metabólica, obteniendo muestras de tejido muscular del vasto lateral mediante biopsia, antes y al final del programa. Los resultados mostraron descensos significativos de grasa corporal (-3,8%), circunferencia de cintura (-1,8%), presión sistólica (-10,1%) y diastólica (-9,3%), así como aumentos de la tasa de máxima oxidación de las grasas y VO2pico (38,9 y 8,0%, respectivamente). Otros componentes de la salud cardio-metabólica como peso total, colesterol, triglicéridos y glucosa, no se modificaron con la intervención, al igual que la sensibilidad a la insulina. AMPK total, GLUT4, lipasa endotelial, y actividad de citrato sintasa se incrementaron con el entrenamiento. Los autores sugieren que seis meses de aplicación de AIT en pacientes con síndrome metabólico mejoran la capacidad de oxidación de grasas durante el ejercicio e incrementan el VO2max, en combinación con mejoras musculares de actividad enzimática mitocondrial. Aunque distintas proteínas musculares asociadas al metabolismo de la glucosa, el metabolismo de las grasas o el balance energético mejoraron, los índices clínicos de sensibilidad a la insulina y perfil lipídico no se modificaron.

Miles de estudios han mostrado de forma clara la eficacia de la aplicación del ejercicio sobre diferentes indicadores de salud y también en la evolución y pronóstico de distintos perfiles de patologías. El subrayado de esa asociación que no debería suponer ninguna novedad (estamos diseñados para el movimiento), lo es debido a los hábitos sedentarios crecientes en nuestra sociedad. Hay que resaltar la complejidad de la fisiopatología de la mayoría de las enfermedades, por ello, tratar de contemplar o aplicar ejercicio terapéutico fuera de un contexto clínico es extremadamente complicado y en ocasiones poco eficaz. Diseñar un programa de ejercicio en un paciente es fácil, prescribir ejercicio o entrenamiento terapéutico es muy difícil.

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