Ejercicio durante el embarazo y riesgo de hipertensión

La hipertensión gestacional y la preeclampsia constituyen complicaciones médicas del embarazo que provocan un aumento de la morbi-mortalidad materna durante el embarazo. Recientemente se han publicado los resultados de un meta-análisis (Magro-Malosso y col, 2017; Acta Obstet Gynecol Scand 12-abr) cuyo objetivo fue evaluar los efectos del ejercicio durante el embarazo sobre el riesgo de hipertensión gestacional. El estudio incluyó a 5075 mujeres embarazadas. Los resultados mostraron que las mujeres que realizaron ejercicio aeróbico durante 30-60 min, 2-7 veces por semana tuvieron un menor riesgo de desórdenes hipertensivos, especialmente de hipertensión gestacional. Por otra parte, la incidencia de cesárea disminuyó un 16% en el grupo que realizó ejercicio. Los autores concluyeron que la realización de ejercicio aeróbico, 30-60 min, 2-7 días/semana durante el embarazo, se asoció a un descenso de la incidencia de trastornos relacionados con la hipertensión y realización de cesárea.

La inmensa mayoría de los estudios clínicos publicados han mostrado los beneficios de la realización de ejercicio físico durante el embarazo. No se trata de convertirse en atleta con ocasión de estar embarazada, sino de realizar una actividad física acorde con el estado previo de entrenamiento de la mujer, y de las condiciones marcadas por la evolución del embarazo. Los experimentos en laboratorio con mujeres embarazadas pueden estar justificados, pero la realidad de los programas de ejercicio en mujeres embarazadas es mucho más sencilla: mantener un embarazo activo siguiendo la estela de la actividad física realizada con anterioridad en las mujeres que realizaban ejercicio antes de estar embarazadas, o comenzar programas sencillos y progresivos, en aquellas otras que mantenían hábitos más sedentarios.

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