Posicionamiento estándar sobre los ejercicios con restricción del flujo sanguíneo: consideraciones metodológicas, de aplicación y seguridad

Blood flow restriction exercise position stand: considerations of methodology, application and safety (pdf original)
Patterson SD, Hughes L, Warmington S y col
Front Physiol. 2019 May 15;10:533. doi: 10.3389/fphys.2019.00533
(Autora del resumen: Nuria del Cerro Marín)

Introducción
La restricción del flujo sanguíneo (BFR) es un método de entrenamiento que restringe parcialmente el flujo de entrada arterial y restringe completamente el flujo de salida venoso en la musculatura durante el ejercicio utilizando un sistema de torniquete neumático. La técnica de BFR implica aplicar una presión externa, normalmente usando un manguito de torniquete, a la región más proximal de las extremidades superiores y/o inferiores. Cuando se infla el manguito, hay una compresión mecánica gradual de la vasculatura debajo del manguito, lo que da como resultado una restricción parcial del flujo sanguíneo arterial en las estructuras distales al manguito, pero que afecta principalmente al flujo venoso que hay debajo del manguito, impidiendo el retorno venoso. La compresión de la vasculatura proximal al músculo esquelético produce hipoxia dentro del tejido muscular.

Además, la disminución del flujo sanguíneo venoso da como resultado la acumulación de sangre dentro de los capilares de las extremidades ocluidas, a menudo reflejada por un eritema visible. El nivel de acumulación de sangre puede verse influenciado por la cantidad de presión aplicada. Además de esto, cuando las contracciones musculares se realizan bajo condiciones de BFR, hay un aumento en la presión intramuscular bajo el manguito, lo que perturba aún más el flujo sanguíneo. Si bien el número de grupos de investigación y estudios que investigan BFR ha aumentado, también lo ha hecho el número de profesionales que utilizan este modo de entrenamiento. Sin embargo, muchos profesionales no tienen claro cómo usar y aplicar BFR de acuerdo con los estándares actuales de investigación.

Aplicación de BFR
La BFR se aplica de forma voluntaria durante el ejercicio de resistencia (BFR-RE) y el ejercicio aeróbico (BFR-AE), y también de forma pasiva sin realizar ejercicio (P-BFR). Otras investigaciones recientes han examinado la combinación de BFR con modalidades de entrenamiento no tradicionales, como las técnicas de vibración (WBV) y la estimulación eléctrica neuromuscular (BFR-ES).

Los aumentos en la hipertrofia muscular y la fuerza con BFR-RE están ampliamente documentados. En los últimos años, varias revisiones sistemáticas y metaanálisis han demostrado que BFR-RE aumenta efectivamente la fuerza del músculo esquelético y/o la hipertrofia en jóvenes sanos y mayores, así como poblaciones con problemas de carga que necesitan rehabilitación. Se ha demostrado que varias variables de fuerza muscular mejoran en respuesta a los protocolos de BFR-RE, incluidas las isotónicas dinámicas, isométrica y resistencia isocinética, así como el desarrollo de fuerza explosiva. Dichas adaptaciones se han observado después de solo 1-3 semanas.

La cantidad de presión requerida para detener el flujo de sangre a una extremidad [es decir, presión de oclusión arterial (AOP)] está relacionada con las características individuales de la extremidad, como la forma, ancho y largo del torniquete, el tamaño de la extremidad o la presión arterial del individuo. Una extremidad más grande requerirá una mayor presión del manguito para restringir completamente el flujo sanguíneo arterial. Algunos investigadores han sugerido que la presión podría establecerse en relación con el individuo, el ancho del manguito y el material del manguito (% AOP). Esto se puede hacer inflando el brazalete hasta el punto en que cesa el flujo sanguíneo (100% AOP) y usando un porcentaje de esa presión (por ejemplo, 40-80% de AOP) durante el ejercicio. La cantidad de presión requerida para detener el flujo de sangre a una extremidad (es decir, AOP) está determinada en gran medida por el ancho del manguito que se aplica a la extremidad: un manguito más ancho requiere una presión más baja, esencialmente debido a la mayor área superficial a la que se ha aplicado presión.

Hay una amplia gama de anchos de manguito (3–18 cm) utilizados en la literatura de BFR y el ajuste de dos manguitos de diferentes tamaños a la misma presión puede producir un grado completamente diferente de BFR en las extremidades.

Se encuentran estudios en los que aplicando una presión relativa del 40% de AOP no da como resultado una reducción del 40% en el flujo sanguíneo. Sin embargo, un estudio reciente descubrió que aplicar presión como un mismo % de AOP en tres manguitos de diferentes tamaños producen un cambio similar en el flujo sanguíneo en reposo. Por lo tanto, se recomienda usar una amplia variedad de anchos de manguito para ajustar de manera apropiada el uso de AOP a cada sujeto. Cabe señalar que cuanto más ancho sea el manguito, se necesitará una presión general más baja, sin embargo, el uso de manguitos extremadamente anchos puede limitar el movimiento durante el ejercicio.

Para producir BFR, se utilizan comúnmente manguitos elásticos y de nylon. En la parte inferior del cuerpo parece haber poca diferencia en la oclusión arterial en reposo o en repeticiones usando manguitos del mismo ancho pero distinto material (elásticos vs nylon). En la parte superior del cuerpo, usando manguitos de diferente material, pero de tamaño similar (3 vs. 5 cm), hubo grandes diferencias en el AOP en reposo que parece poco probable explicadas por la ligera diferencia en el ancho del manguito.

Carga de ejercicio, volumen, períodos de descanso, duración y frecuencia
La presión aplicada durante el ejercicio también puede estar determinada en cierta medida por la carga relativa elevada durante el ejercicio de resistencia. Para la mayoría de las personas que hacen ejercicio con cargas que corresponden al 20-40% del 1RM, probablemente maximizará la hipertrofia y la fuerza. Cuando las cargas están en el extremo inferior de esta recomendación  (∼20% de 1RM), puede ser necesaria una presión más alta (∼80% AOP) para provocar hipertrofia. Por lo tanto, se sugiere que se usen cargas entre 20 y 40% de 1RM porque es en este rango de cargas donde se han encontrado evidencias de adaptaciones musculares cuando se combina con BFR.

Con respecto al volumen, en la literatura de BFR-RE, existe un conjunto común y un esquema de repetición que implica 75 repeticiones en cuatro series de ejercicios, con 30 repeticiones en la primera serie y 15 repeticiones en cada serie posterior. Este sería un volumen suficiente para llevar a adaptaciones en la mayoría de las personas. Trabajar hasta el fallo es otra posibilidad para inducir adaptaciones, pero no siempre es necesario.

Los períodos de descanso entre series utilizados durante BFR-RE son generalmente cortos y, por lo general, la restricción se mantiene durante todo este período. Se recomienda que los períodos de descanso sean de 30 a 60 s, sin embargo, el BFR intermitente puede reducir la inflamación/estrés metabólico en comparación con el continuo, lo que podría limitar el estrés para la adaptación.

Los enfoques de alta frecuencia de las sesiones (1–2 veces por día) pueden usarse por períodos cortos de tiempo (1–3 semanas), sin embargo, en períodos de programación normal, 2–3 sesiones por semana son ideales. Con respecto a la duración de las sesiones de BFR-RE, se han observado hipertrofia muscular y adaptaciones de fuerza en marcos de tiempo cortos, como 1-3 semanas.

En cuanto a los protocolos de entrenamiento en BFR-AE, a diferencia de BFR-RE, hay una falta de estandarización de la presión oclusiva, lo cual debería ser un enfoque futuro para optimizar las respuestas y obtener una mayor comprensión de las adaptaciones musculares al entrenamiento con BFR-AE.

Otra estrategia para el uso de BFR consiste en aplicar los manguitos en las extremidades sin realizar ejercicio (es decir, P-BFR). Aunque estos enfoques no han recibido una atención sustancial de investigación, los datos disponibles indican que la aplicación intermitente de P-BFR puede compensar la atrofia muscular y la pérdida de fuerza durante los períodos de reposo en cama o inmovilización.

Recientemente ha surgido evidencia del uso de BFR con estimulación eléctrica (BFR-ES). Hasta la fecha, hay muy poca evidencia en esta área, por lo tanto, se necesita más investigación antes de poder hacer recomendaciones basadas en evidencia para los profesionales.

Seguridad en su aplicación
El efecto de BFR-RE sobre la respuesta cardiovascular central depende del nivel de BFR, el modo de ejercicio (es decir, BFR-RE vs. BFR-AE) y modo de aplicación (es decir, BFR continuo vs. intermitente). La singularidad de BFR-RE surge de la presión aplicada externamente que comprime los vasos sanguíneos y el tejido blando circundante, que podría mediar una respuesta cardiovascular alterada. Las presiones restrictivas relativas más altas inducen respuestas cardiovasculares más altas a BFR-RE, y pueden aumentar el riesgo potencial asociado con BFR-RE. Se ha demostrado que el ejercicio BFR afecta a la función arterial y la función endotelial.

La resistencia vascular sistémica (RVS) cae en el ejercicio muscular debido a la vasodilatación. La amenaza de que la presión sistémica no cumpla con un nuevo punto de referencia regulatorio durante el ejercicio, se compensa con un aumento del gasto cardíaco total (CO) y un tono vasomotor simpático. Un desajuste entre el CO, el control simpático del sistema vasomotor y los mecanismos locales de hiperemia activa podrían provocar un síncope hipotensor.

Existe una preocupación inherente en la formación de un trombo venoso profundo (TVP) debido a la compresión externa de la vasculatura a través de un manguito oclusivo durante BFR-RE. Muchos de los ensayos publicados de BFR-RE no miden directamente la formación de TVP ni utilizan imágenes de diagnóstico. Sin embargo, la totalidad de la literatura revela eventos adversos mínimos relacionados con TVP y no se han informado eventos clínicamente reportados.

Otra preocupación común de aplicar BFR, con o sin ejercicio, es la posibilidad de que este estímulo pueda conducir o incluso aumentar el daño muscular a través de la lesión por isquemia-reperfusión. Sin embargo, la evidencia actual sugiere que 1 o 3 semanas de entrenamiento extenuante de BFR de alta frecuencia (1-2 sesiones/semana) no induce daño miocelular aparente en individuos activos recreativos.

Conclusión
El objetivo de este artículo era dar una visión general de las adaptaciones a los diferentes modos de BFR, los métodos de aplicación y las consideraciones de seguridad. Los autores recomiendan el uso de BFR combinado con diferentes formas de ejercicio (resistido, aeróbico, pasivo), considerando el volumen y la intensidad, así como la cantidad de presión del manguito, el tiempo de restricción, el tamaño y el material del manguito.

Nuria del cerro Marín

La restricción del flujo sanguíneo (BFR), generalmente conocido como “entrenamiento oclusivo” está ampliamente estudiado con diferentes tipos de poblaciones y para diferentes objetivos de entrenamiento. Este sistema de entrenamiento es recomendable en su amplio espectro de actuación, siempre y cuando se estudie detenidamente cuales son los objetivos que se quieren conseguir y si el sujeto tiene factores de riesgo (p.e. enfermedades cardiovasculares) que le puedan causar daños en su organismo. Estos protocolos de actuación podrían ofrecer grandes beneficios en entrenamientos orientados a la fuerza y/o hipertrofia a corto y medio plazo.

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