Downes D, Goodman S, van der Touw T, Ahmed K, Neto MA, Wolden MA, Smart NA. Effect of Exercise Training on Apolipoproteins: Meta-analysis and Trial Sequence Analysis. Int J Sports Med. 2025 May 20. doi: 10.1055/a-2580-0722.
La dislipidemia (DS) es un factor de riesgo primario en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (ECV), que continúan siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, incluso en países en desarrollo. Aunque el perfil lipídico estándar —colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL y triglicéridos— se ha estudiado extensamente, se ha prestado menos atención a las apolipoproteínas, proteínas que se unen a los lípidos para formar lipoproteínas como HDL y LDL. Estas no solo tienen funciones estructurales, sino también reguladoras del metabolismo lipídico, participando en la captación y liberación de lípidos en tejidos y actuando como ligandos para receptores y activadores o inhibidores enzimáticos.
La medición de apolipoproteínas, como Apo-AI, Apo-AII, Apo-B y Lp(a), puede aportar información diagnóstica adicional sobre el riesgo cardiovascular y renal, aunque su uso clínico sigue siendo limitado debido a que no se detectan fácilmente mediante inmunoensayos convencionales. En este contexto, se justifica el estudio de los efectos del ejercicio físico (ExTr) sobre estos marcadores.
El sedentarismo está asociado con perfiles lipídicos desfavorables, mientras que el ejercicio regular mejora marcadores tradicionales. Sin embargo, existen pocos estudios que reporten cambios en apolipoproteínas tras intervención con ejercicio. Dado que subfracciones como HDL-2 y HDL-3 y apolipoproteínas específicas tienen potencial diagnóstico y pronóstico, es importante estudiar cómo se ven modificadas por el ExTr. En este metaanálisis y análisis de secuencia de ensayos (TSA), los autores buscaron determinar el tamaño del efecto del ExTr sobre estas proteínas y si los estudios disponibles son suficientes para llegar a conclusiones definitivas.
Se incluyeron 25 estudios con 34 grupos de intervención, totalizando 1.429 participantes (775 en grupos de ExTr y 654 en controles). Las intervenciones consistieron en entrenamiento aeróbico, de fuerza o combinado, con duraciones mínimas de 3 semanas y al menos una sesión semanal de ejercicio moderado o intenso.
Se hallaron mejoras significativas y clínicamente relevantes en:
- Apo-AI: aumento medio de 8.17 mg/dL.
- Lp(a): reducción media de 2.52 mg/dL.
- Apo-B: reducción media de 0.11 mg/dL.
- HDL-2: aumento medio de 1.28 mg/dL.
No se hallaron cambios significativos en:
- Apo-AII
- HDL-3
El análisis TSA mostró que solo para Apo-AI se había alcanzado el umbral de futilidad, lo que indica que no se necesitan más estudios para confirmar su beneficio. Para el resto de marcadores, aún se requieren más estudios para confirmar los hallazgos.
Este trabajo representa el primer metaanálisis específico sobre los efectos del ejercicio en apolipoproteínas y subfracciones de HDL. Los resultados indican que el ejercicio tiene un efecto positivo clínicamente significativo sobre Apo-AI, Apo-B, HDL-2 y Lp(a), aunque para algunos de estos marcadores aún no se ha alcanzado la futilidad en el TSA.
Apo-AI es el principal componente proteico de HDL, asociado a efectos antiaterogénicos. La mejora observada (8.17 mg/dL) supera el umbral de relevancia clínica (MCID = 0.76 mg/dL) y puede traducirse en una reducción del 9% en eventos cardiovasculares, similar a la conseguida con estatinas en algunos estudios. Además, el ejercicio podría mejorar la eliminación del colesterol a través del transportador ABCA1, lo que tiene beneficios adicionales sobre la salud cardiovascular.
Apo-AII, aunque también se encuentra en HDL, no mostró cambios significativos con el ejercicio y solo se analizaron dos estudios. La falta de datos impide conclusiones firmes y sugiere la necesidad de más investigaciones.
Lp(a) es una lipoproteína con propiedades proaterogénicas. Aunque el ejercicio logró reducir sus niveles significativamente, el tamaño del efecto fue modesto. No obstante, el ExTr puede actuar como complemento a terapias farmacológicas (como inhibidores de PCSK9), especialmente en individuos con concentraciones elevadas de Lp(a), donde las estatinas no siempre son eficaces e incluso pueden aumentar el riesgo cardiovascular al reducir el tamaño de partícula sin disminuir su concentración.
Apo-B, presente en partículas LDL, también se redujo significativamente. Aunque el cambio fue modesto, sugiere una mejora en el perfil lipídico. Considerando que Apo-B incluye subtipos como B48 y B100, los autores recomiendan que futuros estudios los analicen por separado, ya que el ejercicio podría tener efectos diferenciados sobre cada uno (por ejemplo, reduciendo la producción hepática de B100 o la absorción intestinal de B48).
HDL-2 aumentó significativamente, lo cual puede estar relacionado con el incremento de la expresión de lipoproteína lipasa inducido por el ejercicio. También se ha observado que el ejercicio mejora la capacidad antioxidante del HDL, lo cual tiene implicaciones positivas para personas con síndrome metabólico. Sin embargo, aún no está claro si el aumento de HDL-2 es directamente antiaterogénico, y se necesitan más estudios.
HDL-3, una subfracción de menor tamaño, no mostró cambios significativos. Paradójicamente, niveles bajos de HDL-3 se han asociado con mayor mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca aguda, lo que sugiere que podrían tener un papel protector más allá del riesgo aterogénico tradicional.
Conclusiones
El ejercicio físico regular produce efectos favorables sobre varias apolipoproteínas clave con relevancia clínica comprobada. Se logran mejoras significativas en Apo-AI, Apo-B, HDL-2 y Lp(a), aunque en muchos casos aún se requiere más evidencia para confirmar la magnitud de estos efectos. Las subfracciones HDL-3 y Apo-AII no mostraron cambios consistentes.
Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/06/Effect-of-exercise-training-on-apolipoproteins-Meta-analysis-and-trial-sequen.pdf