Efectos de la actividad física y el sedentarismo sobre la salud ósea

El objetivo de este estudio fue analizar las asociaciones longitudinales de la actividad física (AF) y el comportamiento sedentario (CS) sobre los indicadores de salud ósea (ISO) en adultos jóvenes saludables. Los artículos fueron seleccionados de cinco bases de datos, y 17 estudios longitudinales se incluyeron tras cumplir con los criterios de inclusión y exclusión. Entre estos, solo un estudio evaluó la asociación entre la AF durante la infancia y los ISO en la edad adulta, y los resultados no mostraron una asociación significativa entre la AF y los ISO. Se observaron asociaciones positivas entre la AF durante la adolescencia y la edad adulta con el contenido y la densidad mineral ósea, así como con la microarquitectura ósea.

En la edad adulta, los resultados fueron divergentes: de los tres estudios analizados, dos encontraron una asociación positiva. El CS se asoció negativamente con la densidad y el contenido mineral óseo desde la infancia hasta la edad adulta. Sin embargo, desde la adolescencia hasta la edad adulta, el CS se asoció negativamente con el área total de la tibia, pero positivamente con el grosor trabecular, el grosor cortical y el contenido mineral cortical.

La evidencia sobre el efecto positivo de la AF y sus diferentes intensidades entre la adolescencia y la edad adulta sobre los ISO parece estar más consolidada. Sin embargo, es necesario seguir investigando para comprender mejor el papel de las intensidades, el volumen de AF y el CS en diferentes periodos de la vida, y su impacto en los ISO durante la adultez.

Basándose en la evidencia revisada, el artículo sugiere las siguientes recomendaciones para promover la salud ósea en adultos:

  1. Incorporar ejercicios de carga: Participar regularmente en actividades como caminar, correr, levantar pesas y ejercicios de fuerza para proporcionar estímulos mecánicos que fortalezcan los huesos.
  2. Reducir el tiempo sedentario: Limitar los períodos prolongados de inactividad. Se recomienda interrumpir el tiempo sentado con pausas activas, como breves caminatas o estiramientos, para estimular la actividad ósea.
  3. Adoptar un enfoque multicomponente: Combinar ejercicios de fuerza, actividades de equilibrio y entrenamiento de flexibilidad para mejorar la salud ósea y reducir el riesgo de caídas.
  4. Considerar factores individuales: Adaptar los programas de ejercicio a las necesidades y capacidades individuales, teniendo en cuenta factores como la edad, el género y la presencia de condiciones médicas preexistentes.

Conclusión

El artículo destaca la importancia de la actividad física regular y la reducción del comportamiento sedentario para mantener y mejorar la salud ósea en adultos. La implementación de programas de ejercicio bien diseñados puede servir como una estrategia efectiva para prevenir la osteoporosis y otras afecciones relacionadas con la salud ósea, mejorando así la calidad de vida en la población adulta.

Referencia completa:

da Costa JC, Barbosa CCL, Pelegrini A, Serassuelo Junior H, Gomez-Campos RA, Fernandes RA, Ronque ERV. Physical Activity and Sedentary Behavior on Bone Health in Adults: A Systematic Review. Int J Sports Med. 2024 Nov 29. doi: 10.1055/a-2461-3687.

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