Cuestionando el paradigma de aplicación del HIT

hit_practicaEl entrenamiento interválico aeróbico de alta intensidad (HIT ó HIIT) se viene aplicando con cierta sistemática desde los Juegos Olímpicos de Suecia en 1912. El atleta Emil Zatopek, triple campeón olímpico 1952 (5 k, 10 k, 42 k) realizaba 100×400 m con 200 m de recuperación activa, siendo el primer atleta que trató de estructurar el HIT con criterios científicos. Desde entonces el HIT ha ido evolucionando y hoy en día pocos son los entrenadores de resistencia aeróbica que no aplican esta modalidad de entrenamiento. Por otra parte, en los últimos años el HIT ha redoblado su protagonismo al proyectarse sobre el área de la salud, tanto a nivel preventivo, como en la prescripción de ejercicio en patología. Los efectos del HIT inciden especialmente en uno de los tres pilares fisiológicos básicos en los que se sustenta el rendimiento aeróbico: la potencia aeróbica ó VO2max. Así, todos los estudios muestran que esta modalidad de entrenamiento es altamente eficaz para la mejora del consumo máximo de oxígeno (VO2max). En el contexto de la periodización más clásica y habitual del entrenamiento aeróbico, el HIT suele introducirse una vez que se logra una buena base aeróbica, es decir, se aplica después de mejorar la capacidad aeróbica o transición aeróbica-anaeróbica. En definitiva, “el volumen deja paso a la intensidad” ó “la cantidad se continua con la calidad del entrenamiento”. La cuestión es: dado que el entrenamiento de volumen (en torno al umbral láctico) es muy eficaz para mejorar la capacidad de sostener un ejercicio a alta intensidad durante un tiempo prolongado, es decir la capacidad aeróbica máxima, teniendo como objetivo acercarse al máximo al techo del rendimiento aeróbico (VO2max), ¿no es más lógico tratar de alcanzar primero ese techo máximo (VO2max) a través de la aplicación del HIT, para más tarde aplicar el entrenamiento de volumen con el objetivo de mejorar el %VO2max?. Está claro que ambas modalidades de entrenamiento deben coexistir durante todo el proceso del entrenamiento, pero quizás deberíamos cuestionar el modelo clásico de aplicación del HIT en la periodización general. En el ámbito de la salud, y en la aplicación en ciertos enfermos, el entrenamiento debuta directamente con aplicación de HIT, sin pasar por esa “construcción de base aeróbica” tan clásica, con excelentes resultados sobre factores de riesgo o pronóstico. Lo que planteo a los entrenadores es una reflexión fisiológica conjunta sobre un cambio de paradigma de aplicación del HIT en el contexto de la resistencia aeróbica.

Suscríbete ahora al Club EP&T, y llévate todas las formaciones por sólo 8€/mes, además de poder acceder a artículos especiales del blog