Cuando estar sentado se convierte en un riesgo: claves moleculares del sedentarismo

Salud y Deporte

Franssen WMA, Nieste I, Verboven K, Eijnde BO. Sedentary behaviour and cardiometabolic health: Integrating the potential underlying molecular health aspects. Metabolism. 2025 Sep;170:156320. doi: 10.1016/j.metabol.2025.156320.

Las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT), como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, constituyen la principal causa de mortalidad mundial. Entre los factores modificables relacionados con su desarrollo se encuentran el tabaquismo, el alcohol, la dieta poco saludable, la inactividad física y, de manera cada vez más reconocida, el comportamiento sedentario. A pesar de que la práctica de actividad física moderada o vigorosa (AFMV) reduce significativamente el riesgo de ENT, se ha observado que incluso personas físicamente activas, pero con largos periodos de sedentarismo, mantienen un riesgo elevado. Esto llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a incluir, en sus guías de 2020, recomendaciones específicas para limitar el tiempo sentado y fomentar la interrupción frecuente del sedentarismo.

Este artículo de revisión analiza la evidencia sobre los mecanismos moleculares que vinculan el comportamiento sedentario con la salud cardiometabólica, explorando su impacto en el metabolismo de carbohidratos y lípidos, el estrés oxidativo, la inflamación y la función vascular. Asimismo, se abordan los modelos experimentales empleados y se identifican lagunas de investigación que orientan futuras líneas de estudio.

  1. Modelos experimentales de investigación en sedentarismo

Para comprender cómo el sedentarismo afecta la salud cardiometabólica, se han desarrollado varios modelos:

  • Reposo en cama prolongado: simula la ausencia total de actividad con efectos sistémicos claros, aunque no refleja exactamente las condiciones de la vida diaria.
  • Inmovilización de miembros: permite estudiar el desuso muscular localizado, útil para explorar mecanismos en músculo esquelético, aunque con limitaciones en cuanto a efectos generales.
  • Sentado prolongado: es el modelo más representativo del día a día (trabajo de oficina, uso de pantallas). Permite analizar tanto efectos agudos (horas o días) como crónicos (semanas o meses).

Cada modelo tiene fortalezas y limitaciones, pero en conjunto demuestran que el sedentarismo, aun con práctica de AFMV, es un factor de riesgo independiente.

  1. Mecanismos moleculares asociados al comportamiento sedentario

2.1. Metabolismo de carbohidratos

El músculo esquelético es responsable del 70–80 % de la captación de glucosa posprandial. La inactividad reduce la sensibilidad a la insulina, incluso tras 1–3 días de reposo en cama. Esto se debe a:

  • Disminución de la señalización de insulina: reducción de la actividad de Akt, glucógeno sintasa y transportadores GLUT4.
  • Alteraciones en la glucólisis y oxidación de glucosa: cambios en enzimas clave como hexoquinasa II o fosfofructoquinasa, que indican un metabolismo energético menos eficiente.
  • Disfunción mitocondrial: reducción de la biogénesis mitocondrial (PGC1α) y de genes de la fosforilación oxidativa (OXPHOS), generando acumulación de lípidos intramusculares y resistencia a la insulina.

Estos cambios moleculares imitan patrones observados en pacientes con diabetes tipo 2.

2.2. Metabolismo de lípidos

El sedentarismo contribuye a la dislipidemia: aumento de triglicéridos, LDL y VLDL, junto con disminución de HDL. Los mecanismos incluyen:

  • Reducción de la oxidación lipídica: menor actividad de la carnitina palmitoiltransferasa (CPT-1) y enzimas de la β-oxidación.
  • Acumulación de lípidos tóxicos (diacilgliceroles, ceramidas) que interfieren con la señalización de insulina.
  • Alteraciones en el transporte de lípidos: disminución de la actividad de lipoproteína lipasa (LPL) y de transportadores como CD36, lo que reduce la captación de ácidos grasos en músculo y favorece la acumulación hepática.
  • Aumento de la lipogénesis: mediada por factores como SREBP-1, que promueven la síntesis de triglicéridos.

Todo ello favorece la aparición de hígado graso no alcohólico y resistencia insulínica.

2.3. Estrés oxidativo

El exceso de tiempo sentado promueve un desequilibrio entre especies reactivas de oxígeno (ROS) y sistemas antioxidantes. Se observa:

  • Incremento de enzimas pro-oxidantes (xantina oxidasa, NADPH oxidasa).
  • Reducción de antioxidantes como superóxido dismutasa y peroxiredoxinas.
  • Mayor daño oxidativo en proteínas (carbonilación).

Este “estrés redox” deteriora la función mitocondrial y favorece inflamación y resistencia a la insulina.

2.4. Inflamación

El sedentarismo induce una inflamación de bajo grado, caracterizada por aumento de CRP, IL-6 y TNF-α, y disminución de IL-10. Estos cambios se observan tras periodos cortos de reposo (9–14 días) y en estudios poblacionales. La acumulación de lípidos tóxicos en músculo activa vías proinflamatorias (NF-κB, JNK), que afectan directamente la señalización de insulina y promueven la aterogénesis.

  1. Efectos sobre la salud cardiovascular

El comportamiento sedentario se asocia con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad prematura, incluso en individuos que cumplen con las recomendaciones de actividad física. Los mecanismos clave son:

  • Disfunción endotelial: reducciones significativas en la dilatación mediada por flujo (FMD) tras periodos de 1–6 h sentado, especialmente en arterias de las extremidades inferiores.
  • Alteraciones hemodinámicas: menor cizallamiento laminar y mayor síntesis de vasoconstrictores como endotelina-1 y angiotensina II, junto con menor disponibilidad de óxido nítrico.
  • Remodelado vascular: reducción del diámetro arterial y aumento del grosor de la pared en reposo prolongado.
  • Factores posturales: la flexión arterial en cadera y rodilla durante el sentado contribuye al deterioro de la perfusión y favorece un ambiente proaterogénico.

En conjunto, estos efectos favorecen la aterosclerosis y el desarrollo de enfermedad cardiovascular.

Conclusiones

El comportamiento sedentario constituye un factor de riesgo independiente y de gran relevancia para la salud cardiometabólica y la mortalidad global. Pasar entre 8 y 12 horas diarias en actividades sedentarias altera profundamente procesos moleculares esenciales: la señalización de insulina, el metabolismo de lípidos, la función mitocondrial, la respuesta inflamatoria, el equilibrio redox y la salud vascular.

Más allá de la práctica de ejercicio regular, resulta esencial reducir y fragmentar los periodos de sedentarismo, incorporando pausas activas de cualquier intensidad. Comprender los mecanismos celulares y moleculares involucrados permitirá desarrollar intervenciones más específicas, optimizar las guías de actividad física y minimizar el impacto negativo del sedentarismo en la salud global.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/10/Sedentary-behaviour-and-cardiometabolic-health.pdf

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