Adaptaciones en entrenamiento concurrente con elevada disponibilidad de proteínas

El entrenamiento concurrente (resistencia aeróbica + fuerza) es lo habitual en muchos deportistas de rendimiento y muy frecuente en personas del ámbito del fitness. Recientemente se han publicado los resultados de una investigación (Shamim y col, 2018; Sports Med 19-oct; doi: 10.1007/s40279-018-0999-9) cuyo objetivo fue determinar las interferencias de adaptación en la hipertrofia, fuerza y potencia muscular durante un periodo de 12 semanas de entrenamiento concurrente con elevada ingesta de proteínas en la dieta (2 g/kg/día), frente a la realización de entrenamiento de fuerza aislado. Participaron 32 sujetos físicamente activos de 25 años de edad media, que realizaron 12 semanas de entrenamiento aislado de fuerza (RES, 3 sesiones/semana), entrenamiento de resistencia aeróbica (END, 3 sesiones/semana), o una combinación de resistencia aeróbica y fuerza (CET, 6 sesiones/semana). Los resultados mostraron que la prensa de piernas (1RM) aumentó significativamente en CET y RES, sin diferencias entre grupos. La masa magra total aumentó aproximadamente un 4% en CET y RES, sin diferencias entre grupos. El volumen del vasto lateral aumentó entre un 11-15% en CET y RES, sin diferencias entre grupos. La potencia pico del test de Wingate mostró una tendencia a ser mayor en RES que en CET y END. El VO2pico incrementó un 6,9% en CET y un 12% en END, sin diferencias entre grupos. Los autores sugieren que, a pesar de la elevada disponibilidad de proteínas, las adaptaciones vinculadas a la potencia muscular, pero no a las referidas a fuerza o hipertrofia, aparecen susceptibles de “efectos de interferencia” con entrenamiento concurrente, y debería ser tenido en cuenta en la planificación de la organización de los macrociclos.

Lo cierto es que para la gran mayoría de las personas que realizan en la misma sesión o en sesiones diferentes, entrenamiento de fuerza y de resistencia aeróbica, las posibles interferencias en las adaptaciones derivadas de esos distintos entrenamientos carecen de importancia real, ya que el grado de adaptación obtenido en cada una de las disciplinas dista mucho del máximo posible. Solo cuando el deportista “exprime” al máximo su capacidad de adaptación aeróbica o de fuerza, es cuando esas interferencias pueden cobrar importancia. En cualquier caso, como norma general, los entrenamientos de fuerza y resistencia aeróbica deberían estar separadas al menos 24 h, si lo que queremos es evitar interferencias de adaptación.

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