Los modelos de experimentación que utilizan el reposo en cama durante tiempo prolongado son muy interesantes para comprobar como la inactividad física afecta a la función y estructura de órganos y sistemas. Dado que el deterioro de la función muscular se ha ligado a la inactividad física con el paso de la edad, es interesante conocer si existen diferencias entre jóvenes y mayores de edad como respuesta al reposo prolongado. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Pisot y col, 2016; J Appl Physiol 28-ene) cuyo objetivo fue comparar la respuesta de adultos de edad avanzada (OM, 55-65 años) y sujetos jóvenes (YM, 18-30 años) a un periodo de reposo en cama y posterior rehabilitación. Los voluntarios permanecieron 14 días en cama (BR) seguido de 14 días de rehabilitación (R). Antes y después de BR y R se valoraron el volumen muscular del cuádriceps (QVOL), fuerza (QF) y potencia explosiva (QP) de los extensores de la rodilla; además se valoró la fuerza isométrica de fibras aisladas (Fo), VO2pico, longitud de zancada y tres parámetros metabólicos (índice de sensibilidad a la insulina, curva de lípidos postprandiales y niveles de homocisteína en plasma. Los resultados mostraron que después de BR, el QVOL descendió más en OM (-8,3%) que en YM (-5,7%). Por otra parte, QF (-13,2%), QP (-12,3%) y longitud de la zancada (-9,9%) solo disminuyeron en OM. Fo descendió en los dos grupos sin diferencias entre ellos. VO2pico disminuyó más en OM (15,3% que en YM (-7,6%). La sensibilidad a la insulina disminuyó más en YM, mientras que el aumento de la curva de lípidos postprandiales y la concentración de homocisteína en plasma solo aumentó en YM. Después de R, la recuperación de QVOL, QP y VO2pico no fue completa en OM, mientras que Fo no se recuperó en ambos grupos de edad. Los resultados mostraron que el impacto de la inactividad sobre la masa y función muscular fue mayor en adultos de edad avanzada, mientras que las alteraciones metabólicas fueron mayores en los sujetos más jóvenes. Además, los resultados sugieren que la recuperación a las condiciones pre-inactividad es más lenta en mayores de edad.
Gran parte de las enfermedades crónicas que afectan a nuestra sociedad tienen su origen en la inactividad muscular. El músculo no es solo un tejido capaz de provocar tensión interna en sus fibras musculares, es además un órgano endocrino que modula la producción de sustancias según sea su actividad. Da un poco igual que y como lo hagamos, pero es necesaria una mínima activación muscular si no queremos enfermar. Esto es especialmente importante con el paso de los años, ya que la tendencia natural lleva a moverse menos lo que agrava progresivamente el estado funcional de la persona y la predispone a enfermedades crónicas.