Technology-supported self-guided nutrition and physical activity interventions for adults with cancer: systematic review (pdf original)
Kiss N, Baguley BJ, Ball K y col
JMIR Mhealth Uhealth. 2019 Feb 12;7(2):e12281. doi: 10.2196/12281
(Autor del resumen: Sergio López López)
Introducción
El cáncer está considerado como una enfermedad crónica progresiva. Se estima que para 2026 el número de pacientes de cáncer llegue a los 20 millones en estados unidos. Estas previsiones añaden cada vez más presión a los sistemas de salud para mantener los cuidados de salud específicos asociados a esta patología. Es, por lo tanto, necesaria, la inclusión de medidas terapéuticas adaptables y de fácil acceso para este número creciente de pacientes con el objetivo de no saturar la atención sanitaria presencial mientras que se mantiene un óptimo nivel de atención sanitaria.
Tanto la actividad física como la nutrición son fundamentales en el manejo del paciente con cáncer. Los estudios de prevalencia muestran que el 40% de los pacientes de cáncer sufren malnutrición, lo cual se asocia con un aumento de la mortalidad y coste sanitario, así como a una baja calidad de vida. La pérdida de masa muscular o sarcopenia está presente en el 25-57% de estos pacientes y se considera un predictor independiente de supervivencia.
Menos del 20% de los pacientes supervivientes de cáncer cumplen las recomendaciones dietéticas y menos del 50% las de actividad física.
Es por estos motivos que resulta tan necesario evaluar la eficacia de aquellas intervenciones en actividad física y nutrición que permitan mejorar estas variables de salud y supervivencia de vital importancia. Por eso, el objetivo de esta revisión sistemática fue la de describir y evaluar la eficacia de intervenciones auto-guiadas en soporte digital sobre nutrición y actividad física en pacientes con cáncer.
Métodos
Esta revisión sistemática fue realizada bajo los criterios establecidos por la guía PRISMA para la publicación de revisiones sistemáticas.
Se realizó una búsqueda bibliográfica de artículos revisados por pares, publicados en inglés entre 1973 hasta Julio del 2018 en las bases de datos de Medline Complete, Scopus, CINAHL, EMBASE, Cochrane Library y SPORTDiscus.
Los criterios para la inclusión de artículos fueron los siguientes: estudios originales realizados en adultos diagnosticados de cáncer en cualquier fase de la enfermedad ya fuese previo, durante o después del tratamiento. Solo se incluyeron artículos que utilizasen soporte tecnológico (fundamentalmente digital) como parte de la intervención sobre la actividad física y/o la nutrición, y que esta no estuviese guiada (o sólo mínimamente) por un profesional sanitario. Las intervenciones mínimamente guiadas por sanitarios incluían recordatorios a través de email, instrucción mínima previa para familiarización con dispositivos o plataformas o prescripción inicial de ejercicio físico. Los estudios incluidos debían contar con grupos controles. Las variables de estudio incluidas fueron divididas en variables de salud (calidad de vida y fatiga), variables clínicas (peso, composición corporal, tensión arterial…), variables de los servicios sanitarios (recursos, admisiones y satisfacción de usuarios), variables comportamentales (ingesta dietética y actividad física) y variables económicas (coste de los servicios).
Para la inclusión de artículos se utilizó la herramienta de riesgo de sesgos de Cochrane donde se incluyen siete categorías, las cuales fueron posteriormente analizadas por los autores. Se concluyó que la gran heterogeneidad de los estudios resultaría en una síntesis y extracción de la información derivada de los resultados inadecuada.
Resultados
Se incluyeron 16 estudios, todos ellos ensayos clínicos aleatorizados con un total de 2684 participantes. La horquilla de duración de los estudios fue desde 10 semanas a 12 meses de duración. Solo 5 estudios llevaron a cabo intervenciones superiores a 6 meses. El número de participantes por estudio varió desde los 18 a los 462 participantes. Los tipos de cáncer más comúnmente encontrados entre los participantes fueron el de mama y próstata. Uno de los estudios se realizó sobre pacientes que recibían tratamiento para su enfermedad simultáneamente y dos estudios incluyeron sujetos en cualquier estadío de la enfermedad.
Nueve estudios evaluaron la actividad física, un estudio evaluó la nutrición exclusivamente y 6 estudios informaron sobre una combinación de actividad física y nutrición. La retención de los pacientes a la intervención, una vez incluidos en los estudios fue generalmente alta. Doce de los dieciséis estudios obtuvieron un porcentaje superior al 80% de retención de los participantes a la intervención durante el estudio. Sin embargo, el cumplimiento y la adherencia a la intervención en los distintos estudios fue reportada de manera muy heterogénea, lo cual, no permite establecer conclusiones de los resultados a este respecto.
En cuanto al tipo de soporte digital, nueve de los estudios utilizaron páginas web sobre recomendaciones en actividad física y nutrición. Tres estudios utilizaron un dispositivo wearable para la intervención en actividad física. El resto de los estudios utilizaron aplicaciones móviles (3 estudios) y un DVD (1 estudio) para recomendaciones nutricionales y de actividad física.
Variables asociadas a comportamiento: 2 de los 5 estudios que estudiaron hábitos dietéticos encontraron un aumento en cuanto al consumo de vegetales tras 6 meses, sin embargo, este aumento no fue mantenido a los 12 meses tras la intervención. En total, 14 estudios evaluaron hábitos de actividad física, de los cuales, 8 de ellos encontraron aumentos en la actividad física, principalmente en los niveles de actividad moderada-vigorosa a la semana. Solo uno de estos estudios reportó resultados más allá de los 6 meses. Debido a la falta de detalle en los estudios, fue imposible establecer un patrón en cuanto al tipo y al número de técnicas de modificación de la conducta que produjeron estas mejoras en la actividad física y nutrición.
Variables clínicas: solo 4 de los estudios incluidos en la revisión incluyeron mediciones antropométricas, composición corporal o tensión arterial en sus evaluaciones. En general, los resultados obtenidos en estas variables fueron inconstantes y no se pudo extraer conclusiones en este sentido.
Variables asociadas a la salud: La calidad de vida fue evaluada en 9 estudios a través de diferentes cuestionarios de calidad de vida. Aquellos que reportaron mejores resultados fueron los que incluían intervención en actividad física, presentaban alta adherencia y estaban basados en el uso de una página web. La fatiga fue medida en 6 estudios a través de escalas (Brief fatigue inventory, Piper Fatigue Scale y Functional Assesment of Cancer Therapy-Anemia). De estos seis estudios, 4 obtuvieron mejoras significativas en la fatiga.
Discusión
El principal hallazgo de esta revisión fue que las intervenciones auto-guiadas basadas en soporte digital mejoran los hábitos nutricionales y de actividad física, así como la fatiga a corto plazo, en pacientes adultos con cáncer. No podemos concluir que estas mejoras sean mantenidas a largo plazo y, por lo tanto, es necesario mejorar las estrategias de intervención que puedan obtener mejoras más allá de los 6 meses a 1 año.
Las intervenciones auto-guiadas deberían ser mejor descritas para poder evaluar correctamente los resultados obtenidos de estas intervenciones y extraer aquellos componentes asociados con las mejoras encontradas. También se subraya la importancia de estratificar a los pacientes en función del curso de la enfermedad, así como estado basal de variables medidas (heterogeneidad ++).
La potencialidad de llegar a gran número de sujetos con mínimo recurso humano es interesante y se debe insistir en mejorarlas, aunque difícilmente remplazará trabajo directo con profesionales sanitarios.
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