Los antiinflamatorios no esteroideos potencian la hipertrofia asociada al entrenamiento de fuerza

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE o NSAIDs) son fármacos de uso muy extendido tanto por prescripción médica como de venta libre. Se utilizan por sus efectos antiinflamatorios y analgésicos derivados de la inhibición competitiva de las enzimas ciclooxigenasas (COX-1 y COX-2), reduciendo la síntesis de prostaglandinas implicadas en el dolor y la inflamación. Su consumo es particularmente alto en el ámbito deportivo: estudios han mostrado que hasta el 94 % de los deportistas universitarios y casi un tercio de los atletas olímpicos los han utilizado antes o después de entrenamientos o competiciones

El razonamiento habitual es que los AINEs, al disminuir el dolor y la inflamación muscular, podrían permitir entrenamientos de mayor carga o frecuencia, facilitando así adaptaciones musculares superiores. Sin embargo, los estudios sobre su efecto en el crecimiento muscular (hipertrofia) y la fuerza han mostrado resultados contradictorios. En adultos mayores, Trappe et al. (2011) observaron un aumento del 47 % en el volumen muscular tras 12 semanas de entrenamiento de fuerza con ibuprofeno diario, mientras que en adultos jóvenes Krentz et al. (2008) no hallaron diferencias significativas con el mismo tipo de intervención.

Las discrepancias podrían deberse a varios factores: duración del entrenamiento, tipo de contracciones (concéntricas o excéntricas), grupo muscular entrenado (brazos o piernas), o tipo de AINE utilizado, dado que distintos fármacos presentan distinta afinidad por las isoformas COX-1 y COX-2. Diclofenaco, por ejemplo, es un inhibidor preferente de COX-2, mientras que ibuprofeno actúa principalmente sobre COX-1

Con este contexto, el objetivo del presente estudio fue determinar si la ingesta diaria de diclofenaco potencia las adaptaciones musculares inducidas por un programa de entrenamiento de fuerza en hombres jóvenes entrenados. Los autores plantearon hipótesis sobre tres niveles de respuesta:

  1. Cambios morfológicos (área de sección transversal y volumen muscular).
  2. Cambios funcionales (fuerza y rendimiento).
  3. Cambios moleculares (expresión de genes asociados al crecimiento y metabolismo muscular).

Métodos

17 hombres jóvenes y entrenados (24,5 ± 1,1 años; IMC = 24,2 ± 0,7 kg/m²) sin hábitos tabáquicos ni uso reciente de suplementos anabólicos. Todos realizaban actividad física regular de fuerza o deportes con componente de potencia.

Durante 12 semanas, los participantes realizaron tres sesiones semanales de entrenamiento isocinético unilateral de extensores de rodilla (90°/s), consistentes en series máximas concéntricas. Los sujetos fueron asignados aleatoriamente a un grupo con placebo (PLA, n=8) o un grupo con diclofenaco (NSAID, 75 mg/día; n=9). El protocolo fue doble ciego.

Evaluaciones:

  • Área de sección transversal (CSA) y volumen del cuádriceps mediante resonancia magnética (3T MRI) en los días 0, 28 y 84.
  • Biopsias musculares del vasto lateral en los días 0, 1, 7, 28 y 84 para el análisis de 93 transcritos de mRNA mediante microarrays y posterior interpretación con Ingenuity Pathway Analysis (IPA).
  • Fuerza isométrica de extensores de rodilla y volumen de trabajo semanal como indicadores funcionales.

Ningún participante presentó efectos adversos gastrointestinales o hepáticos por el uso de diclofenaco

Resultados

Rendimiento y fuerza:

El volumen de trabajo semanal y total no difirió entre grupos, lo que descarta que el efecto del AINE se debiera a un mayor estímulo mecánico. La fuerza isométrica aumentó entre un 40–50 % en ambos grupos tras 12 semanas, pero la diferencia entre placebo y NSAID no fue significativa (P = 0.998). Es decir, el incremento de masa muscular inducido por el diclofenaco no se tradujo en una mejora adicional de la fuerza

Hipertrofia muscular:

Ambos grupos mostraron aumentos significativos del área de sección transversal (CSA) a los 28 días (PLA: + 4,3 %; NSAID: + 4,6 %). Sin embargo, entre los días 28 y 84 solo el grupo NSAID continuó aumentando el CSA hasta un + 8,6 % (P < 0.001), mientras que el grupo placebo permaneció estable (P = 0.999). De forma paralela, el volumen muscular aumentó un 8,3 % con NSAID frente a un 3,8 % no significativo con placebo

Expresión génica (mRNA):

El análisis con IPA reveló que en el grupo placebo los cambios en funciones celulares relacionadas con desarrollo muscular y metabolismo fueron más intensos en los primeros 7 días, desapareciendo después. En contraste, en el grupo NSAID dichos cambios persistieron e incluso se amplificaron hasta el día 84.
Los genes más regulados al alza con diclofenaco fueron IGF1, TNF, IL-6 y PTGS2, mientras que TRIM63 (asociado a degradación proteica) fue el más reprimido

El IPA predijo una activación de la formación muscular en el grupo NSAID con alta confianza, mientras que en el grupo placebo predijo una inhibición de la formación muscular al final del periodo de entrenamiento

Proteínas inflamatorias:

A nivel de proteína, no hubo diferencias significativas entre grupos en TNF-α ni en otros marcadores inflamatorios. Esto sugiere que el efecto hipertrófico no dependió de cambios detectables en la inflamación muscular local.

Discusión

El hallazgo principal del estudio fue que la ingesta crónica de diclofenaco aumentó las ganancias de masa muscular inducidas por el entrenamiento de fuerza, sin mejorar la fuerza ni el rendimiento. El incremento de la CSA y el volumen fue aproximadamente un 120 % superior al observado en el grupo placebo entre las semanas 4 y 12.

Este resultado contrasta con estudios previos en jóvenes donde no se observaron beneficios, lo que podría atribuirse a la mayor duración del entrenamiento, la naturaleza concéntrica máxima de las contracciones, y la dosis o selectividad del AINE utilizado. El diclofenaco, al inhibir preferentemente COX-2, podría modular vías anabólicas diferentes a las afectadas por el ibuprofeno, más ligado a COX-1.

Los autores destacan que la hipertrofia adicional no se acompañó de aumentos proporcionales en la fuerza, una desconexión similar a la observada con otros agentes anabólicos farmacológicos, como los moduladores selectivos del receptor androgénico (SARMs) o los inhibidores de miostatina. Esto sugiere que los mecanismos moleculares que incrementan el tamaño muscular pueden no reflejar mejoras funcionales equivalentes.

Otra observación clave fue que el mayor crecimiento muscular no se debió a diferencias en la carga de entrenamiento ni a retención de agua (efecto colateral potencial de los AINEs). El patrón de activación génica (elevación de MYF5, MYF6, PAX3 y PAX7) apunta hacia un estímulo sobre la activación y proliferación de células satélite, lo que podría explicar el incremento sostenido de la masa muscular

Desde un punto de vista mecanístico, la inhibición de COX-2 podría reducir la producción de prostaglandinas E2, moléculas implicadas en la degradación proteica, y favorecer indirectamente la síntesis o retención de proteínas musculares. Sin embargo, el mantenimiento de un bajo grado de inflamación podría también atenuar algunas señales adaptativas del entrenamiento, lo que explicaría la ausencia de mejora en la fuerza.

Los autores reconocen limitaciones:

  • No se tomaron biopsias inmediatas postejercicio, lo que impide analizar interacciones agudas entre inflamación y expresión génica.
  • El tamaño muestral fue pequeño.
  • No se puede extrapolar a mujeres, adultos mayores o a poblaciones con enfermedades inflamatorias.

Conclusiones

El estudio demuestra que la administración diaria de diclofenaco durante 12 semanas de entrenamiento de fuerza en hombres jóvenes entrenados incrementa la hipertrofia muscular sin mejorar la fuerza.

El efecto se asoció con una activación sostenida de genes relacionados con el crecimiento y la diferenciación muscular, como IGF1, MYOG, PAX3 y PAX7.
Aunque los resultados podrían tener relevancia en el contexto clínico (por ejemplo, para prevenir o revertir atrofia muscular tras lesión o trauma), no se recomienda el uso crónico de AINEs como estrategia para mejorar el rendimiento o la fuerza muscular, dadas las posibles consecuencias metabólicas y la ausencia de beneficios funcionales.

En conjunto, los hallazgos desafían la visión tradicional de que los AINEs inhiben la adaptación muscular al ejercicio y abren la puerta a futuras investigaciones sobre su papel modulador en la plasticidad muscular, dependiendo del tipo de fármaco, dosis y duración del entrenamiento.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/11/NSAID-ingestion-augments-training-induced-muscle.pdf

Referencia completa:

Mallinson JE, Taylor T, Constantin-Teodosiu D, Constantin D, Franchi MV, Auer D, Greenhaff PL. NSAID ingestion augments training-induced muscle hypertrophy and differentially affects muscle mRNA expression, but not strength gains, in trained men. J Physiol. 2025 Oct 26. doi: 10.1113/JP289542.

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