Fatiga prolongada y deterioro de la técnica de sprint y aterrizaje en fútbol

Fútbol

Field A, Fischer A, Read DB, Sanderson A, Graham-Smith P, Birdsey L, Harper L, Bramah C, Page RM, Dos’Santos T. Changes in Sprinting and Landing Mechanics Across 120 minutes of Soccer-specific Exercise. J Strength Cond Res. 2025 Dec 17. doi: 10.1519/JSC.0000000000005314.

El fútbol moderno se caracteriza por una elevada exigencia física, con acciones repetidas de alta intensidad como sprints, saltos, cambios de dirección y aterrizajes, todo ello sostenido durante partidos de 90 minutos. Sin embargo, en competiciones de alto nivel, como torneos internacionales o eliminatorias, es cada vez más frecuente la disputa de partidos que se prolongan hasta los 120 minutos debido a la inclusión de una prórroga. A pesar de esta realidad competitiva creciente, el conocimiento científico sobre cómo estos 30 minutos adicionales afectan a la mecánica del movimiento y, potencialmente, al riesgo de lesión sigue siendo limitado.

La literatura previa sugiere que la fatiga acumulada durante las fases finales de los partidos de fútbol podría incrementar la susceptibilidad a lesiones, especialmente las lesiones musculares de los isquiotibiales. Este aumento del riesgo se ha vinculado a alteraciones en la mecánica de carrera, como el deterioro del control lumbopélvico, el aumento de la anteversión pélvica y cambios en la coordinación intersegmentaria, factores que pueden incrementar la tensión mecánica sobre el complejo músculo-tendinoso isquiotibial durante el sprint. Herramientas cualitativas como el Sprint Mechanics Assessment Score (S-MAS) han mostrado que una peor calidad técnica en la carrera se asocia con una mayor incidencia de lesiones de isquiotibiales, pero hasta ahora no se había analizado cómo estas características evolucionan a lo largo de un partido completo de 120 minutos.

Paralelamente, las tareas de aterrizaje tras el salto se utilizan de forma habitual como herramientas de evaluación del control neuromuscular y la calidad del movimiento, tanto en contextos de rendimiento como de prevención de lesiones. Cambios en parámetros como la flexión de rodilla, las fuerzas de aterrizaje o el ángulo de proyección en el plano frontal pueden reflejar estrategias de movimiento potencialmente más lesivas, especialmente bajo condiciones de fatiga. No obstante, la mayoría de estudios previos se han centrado en medidas de rendimiento máximas (como la altura del salto), prestando escasa atención a cómo la técnica de aterrizaje y la estabilidad postural se ven afectadas durante periodos prolongados de ejercicio específico de fútbol.

En este contexto, el objetivo principal del estudio fue analizar de manera integrada los cambios en la mecánica del sprint y del aterrizaje a lo largo de 120 minutos de ejercicio específico de fútbol simulado, evaluando diferentes momentos clave del partido (antes del inicio, descanso, final del tiempo reglamentario y tras la prórroga). Los autores plantearon la hipótesis de que la calidad mecánica del sprint y del aterrizaje se deterioraría progresivamente como consecuencia de la fatiga inducida por la duración del ejercicio.

Metodología

El estudio incluyó a doce futbolistas semiprofesionales masculinos, con amplia experiencia competitiva y sin lesiones recientes. Los participantes completaron una simulación validada de partido de fútbol de 120 minutos, diseñada para reproducir las demandas físicas reales del juego. En cuatro momentos temporales (prepartido, descanso, final del tiempo reglamentario y tras la prórroga), se evaluaron saltos verticales (drop jump y countermovement jump) mediante plataformas de fuerza, sprints lineales de 30 metros con cronometraje electrónico y análisis cualitativo de la técnica de carrera mediante el S-MAS. Además, se analizaron variables cinéticas y temporales relacionadas con el aterrizaje y la estabilización postural.

Resultados

Los resultados mostraron que, a pesar de que el rendimiento en sprint (tiempo en 30 m) se mantuvo relativamente estable a lo largo de los 120 minutos, se produjeron cambios significativos en la mecánica del movimiento y en indicadores de rendimiento neuromuscular.

En los drop jumps se observó una disminución progresiva de la altura del salto, especialmente evidente al final del tiempo reglamentario y durante la prórroga. Paralelamente, aumentó el tiempo necesario para estabilizarse tras el aterrizaje y disminuyeron las fuerzas medias de aterrizaje, lo que sugiere una alteración en la capacidad de utilizar eficazmente el ciclo estiramiento-acortamiento rápido.

En cuanto a la carrera, el S-MAS reveló un empeoramiento significativo de la calidad técnica ya desde el descanso, con un deterioro aún mayor tras la prórroga. Las alteraciones más frecuentes incluyeron mayor extensión de la pierna de apoyo en el despegue contralateral, aumento de la anteversión pélvica, mayor separación de muslos en la fase de vuelo y colapso vertical durante la fase de apoyo medio. Estos cambios se produjeron sin una reducción clara de la velocidad de carrera, lo que indica la adopción de estrategias compensatorias para mantener el rendimiento bajo fatiga.

Discusión

Los hallazgos del estudio aportan evidencia novedosa sobre cómo la fatiga acumulada durante un partido de fútbol prolongado afecta de manera específica a la mecánica del movimiento, incluso cuando las variables de rendimiento tradicionales parecen mantenerse. Uno de los aspectos más relevantes es la divergencia entre rendimiento externo y calidad del movimiento: los jugadores fueron capaces de mantener la velocidad de sprint, pero a costa de adoptar patrones mecánicos potencialmente menos seguros.

La disminución de la altura en el drop jump y el aumento del tiempo de estabilización sugieren un deterioro de la función neuromuscular, especialmente del ciclo estiramiento-acortamiento rápido. Este tipo de acciones es fundamental en el fútbol para saltar, cambiar de dirección y acelerar, por lo que su deterioro puede tener implicaciones tanto en el rendimiento como en la prevención de lesiones. En contraste, la altura del countermovement jump se mantuvo estable, lo que podría explicarse por una compensación debida a la reducción progresiva de la masa corporal (probablemente por pérdida de líquidos) y por la mayor duración temporal disponible para generar fuerza en este tipo de salto, menos dependiente de la elasticidad y la reactividad neuromuscular.

Desde el punto de vista del aterrizaje, la reducción de las fuerzas medias y relativas, junto con la ausencia de cambios significativos en el ángulo de proyección frontal de la rodilla, podría interpretarse como una estrategia más “protectora” o conservadora frente a la fatiga. Sin embargo, el aumento del tiempo de estabilización indica una respuesta neuromuscular más lenta y un posible deterioro de la propiocepción, lo que podría comprometer la capacidad de absorber cargas de manera eficiente en situaciones dinámicas e impredecibles propias del juego real.

En relación con la mecánica de sprint, el aumento del S-MAS durante el descanso y la prórroga refuerza la idea de que la fatiga induce adaptaciones técnicas que no siempre se reflejan en el rendimiento medido por el tiempo. Cambios como el aumento de la anteversión pélvica son especialmente relevantes, ya que se asocian con un incremento de la longitud funcional de los isquiotibiales y, por tanto, con mayores niveles de tensión mecánica durante la fase de balanceo. Estas adaptaciones podrían explicar, al menos en parte, la mayor incidencia de lesiones musculares observada en las fases finales de los partidos y durante la prórroga.

Los autores subrayan que evaluar únicamente variables de resultado (como la velocidad de sprint o la altura del salto) puede ser insuficiente para detectar estados de fatiga relevantes desde el punto de vista del riesgo lesional. La inclusión sistemática de evaluaciones de calidad del movimiento permitiría una comprensión más profunda de las adaptaciones neuromusculares inducidas por la fatiga prolongada.

Aplicaciones prácticas

Desde una perspectiva aplicada, los resultados sugieren la necesidad de preparar específicamente a los futbolistas para partidos de 120 minutos, incorporando estrategias de entrenamiento que refuercen la técnica de sprint y los patrones de aterrizaje bajo condiciones de fatiga. Intervenciones dirigidas a mejorar la fuerza unilateral, la estabilidad lumbopélvica, el control neuromuscular y la capacidad reactiva podrían mitigar las adaptaciones mecánicas desfavorables observadas en este estudio. Asimismo, estos hallazgos son extrapolables a otros deportes intermitentes de alta intensidad con demandas similares.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/12/changes_in_sprinting_and_landing_mechanics_across.872.pdf

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