Ejercicio físico como herramienta terapéutica de impacto biológico en el tratamiento del cáncer

El ejercicio físico está reconocido como intervención terapéutica en oncología, trascendiendo su papel tradicional ligado al bienestar psicológico y funcional. Los autores destacan que alrededor del 40% de la población norteamericana será diagnosticada de cáncer a lo largo de su vida y que, pese a la evidencia acumulada, únicamente entre el 30% y el 40% de los pacientes con cáncer alcanzan los niveles mínimos recomendados de actividad física. El sedentarismo y la inactividad contribuyen a peores resultados clínicos, incluida menor supervivencia y mayor toxicidad asociada a los tratamientos. El objetivo central es posicionar el ejercicio no como una recomendación complementaria, sino como un componente terapéutico estructurado dentro del abordaje oncológico moderno

Históricamente han existido barreras culturales, clínicas y científicas para su implementación. El miedo al esfuerzo físico en pacientes considerados frágiles, junto con la ausencia de mecanismos biológicos claramente descritos, retrasaron su incorporación. Sin embargo, en la última década se han acumulado ensayos clínicos, estudios preclínicos y revisiones mecanísticas que demuestran que el ejercicio modula la biología tumoral y puede mejorar el efecto de terapias farmacológicas y procedimientos médicos.

Efectos antitumorales del ejercicio

Modulación inmunológica

El ejercicio promueve una activación coordinada de células inmunes clave, especialmente linfocitos T citotóxicos y células NK. Se ha observado en distintos modelos animales que programas breves de actividad física son capaces de reducir la carga tumoral en paralelo con el aumento de la infiltración inmune. Un ejemplo citado es la reducción del 30% en masa tumoral tras tres semanas de ejercicio aeróbico, asociada a mayor presencia de linfocitos CD8+. Este fenómeno se asocia a cambios en la señalización quimiotáctica, especialmente a través de CXCL9 y CXCL11, que potencian la migración hacia el microambiente tumoral

Además, el ejercicio es capaz de modificar el fenotipo de los macrófagos asociados al tumor, desplazándolos hacia un perfil más inflamatorio y presentador de antígenos. También se describe una reorganización metabólica que mejora la funcionalidad de células T, favoreciendo mayor eficiencia en la utilización de glucosa y lípidos, y aumentando la capacidad mitocondrial. El microbioma intestinal desempeña también un papel emergente, modulando metabolitos reguladores de la respuesta antitumoral.

Reprogramación metabólica tumoral

Numerosos tumores dependen de una glucólisis aumentada y de la activación de vías anabólicas impulsadas por señalización PI3K/AKT/mTOR y factores como MYC. El ejercicio contrarresta estos procesos reduciendo la disponibilidad de glucosa y atenuando la señalización insulínica e IGF-1. Los autores explican que la activación de AMPK reduce la expresión de transportadores de glucosa y enzimas glicolíticas, alterando el soporte metabólico del tumor.

Además, el ejercicio mejora la estructura vascular tumoral. Una vascularización funcional disminuye la hipoxia, reduce la acidosis y facilita la migración de células inmunológicas. La normalización vascular ha emergido como mecanismo relevante de sinergia con inmunoterapia y con fármacos dirigidos

Los cambios inducidos en el tejido adiposo también son relevantes. Reducciones en adiposidad disminuyen citoquinas proinflamatorias, leptina y otros factores que promueven la progresión tumoral. Aunque el efecto depende de tumor y contexto, el artículo enfatiza el potencial del ejercicio como modulador sistémico de la inflamación.

Mioquinas y vesículas extracelulares

El músculo activo libera proteínas reguladoras denominadas mioquinas. Moléculas como IL-6, decorina, irisin e IL-15 han mostrado relevancia directa en procesos oncológicos. Algunas activan la función citotóxica de células NK; otras reducen proliferación tumoral o interfieren en procesos de transición epitelio-mesénquima.

De especial interés emergen las vesículas extracelulares derivadas del músculo. Estas contienen proteínas, lípidos y microRNAs que viajan por vía sistémica. Se han identificado microRNAs transportados por estas vesículas capaces de modular la matriz extracelular tumoral, facilitando la infiltración inmunitaria y mejorando la eficacia de tratamientos como la inmunoterapia. Se citan ensayos clínicos ya en marcha que analizan modificaciones en vesículas derivadas del ejercicio en pacientes con cáncer de mama y próstata

Limitaciones metodológicas y traslacionales

Los autores enfatizan que muchos hallazgos proceden de modelos animales difíciles de generalizar. La variación entre cepas de ratón, protocolos de ejercicio, temperatura ambiental, dieta y estrategias de monitorización limitan la reproducibilidad. Por ejemplo, en ratones C57BL/6, su predisposición innata a correr largas distancias excede cualquier equivalencia fisiológica humana.

Asimismo, el diseño experimental difiere ampliamente respecto a criterios clínicos, destacando la falta de estandarización en frecuencia, intensidad, duración y modalidad de ejercicio. Esto dificulta definir dosis efectivas reproducibles. También se analizan problemas metodológicos cuando el ejercicio se aplica mediante estímulos aversivos (corrientes eléctricas en cintas) o cuando el aislamiento social modifica la respuesta fisiológica del animal

Impacto del ejercicio sobre la calidad de vida

Una parte relevante del artículo aborda beneficios funcionales, psicosociales y metabólicos. Entre los más específicos destaca el abordaje de la caquexia tumoral. Este síndrome incluye pérdida involuntaria de masa muscular y tejido adiposo, deterioro funcional e inflamación sistémica sostenida. El ejercicio reduce mediadores catabólicos y estimula redes antiinflamatorias que frenan la degradación muscular.

También se mencionan resultados positivos sobre fatiga, tolerancia a tratamientos, función cardiorrespiratoria y adherencia terapéutica. Programas de ejercicio supervisado han demostrado reducir complicaciones postquirúrgicas y mejorar recuperación en periodos preoperatorios.

En cáncer metastásico, donde el objetivo no es prolongar supervivencia sino preservar funcionalidad y bienestar, ensayos recientes demuestran beneficios clínicos relevantes sin riesgos elevados.

Integración clínica y perspectivas futuras

Aunque existen guías clínicas que recomiendan ejercicio, la implementación real es baja. Persisten barreras económicas, logísticas, culturales y organizativas. Desde una perspectiva de medicina de precisión, se plantea la necesidad de desarrollar biomarcadores que permitan seleccionar pacientes y cuantificar respuestas.

También se discute la posibilidad de utilizar “miméticos del ejercicio”, como moléculas que activen vías fisiológicas equivalentes cuando el esfuerzo físico no es posible. No sustituyen los efectos sistémicos del ejercicio, pero constituyen aproximaciones terapéuticas complementarias.

El reto fundamental, según los autores, consiste en tratar el ejercicio con el mismo rigor que otras intervenciones médicas: definir dosis terapéuticas, clarificar mecanismos, estandarizar monitorización y evaluar su impacto real en supervivencia e índices clínicos relevantes.

Conclusión

El ejercicio se presenta como una intervención con potencial terapéutico pleno en oncología, con mecanismos moleculares y clínicos demostrados, aunque todavía insuficientemente trasladados a la práctica asistencial. La evolución del campo exige mayor precisión, mejores modelos experimentales, biomarcadores predictivos y programas clínicos accesibles y estructurados. La próxima etapa de la oncología no consistirá solo en promover ejercicio, sino en prescribirlo como un tratamiento diseñado y monitorizado, sustentado en evidencia

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/12/Exercising-through-cancer.pdf

Referencia completa:

Nash DM, Terry LV, Febbraio MA. Exercising through cancer: Physical activity as medicine for cancer care. Cancer Cell. 2025 Nov 13:S1535-6108(25)00450-7. doi: 10.1016/j.ccell.2025.10.009.

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