El deterioro muscular asociado a la edad representa una de las principales causas de fragilidad y pérdida de autonomía en las personas mayores. La sarcopenia, definida como la pérdida progresiva y generalizada de masa, fuerza y función muscular, conlleva un riesgo elevado de caídas, fracturas, complicaciones postoperatorias y disminución de la calidad de vida. Estudios muestran que desde los 20 hasta los 60 años puede producirse una reducción de hasta el 40% en el área transversal del músculo esquelético. Además, esta condición se asocia a un mayor riesgo de mortalidad y a un notable incremento de los costes sanitarios.
Las causas del deterioro muscular son multifactoriales. Entre ellas destacan el estrés oxidativo, la malnutrición, la inactividad física, la inflamación crónica, los desajustes hormonales y las alteraciones neuromusculares. En la sarcopenia, se ha observado un aumento significativo de marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (CRP) e interleucina-1β (IL-1β), que se correlacionan inversamente con la velocidad de la marcha. A nivel celular, el incremento de especies reactivas de oxígeno (ROS) y la alteración del equilibrio redox dañan las mitocondrias, reducen el número de células satélite musculares y deterioran la unión neuromuscular, lo que acelera la degradación proteica y limita la síntesis de nuevo tejido muscular.
Aunque el entrenamiento físico —especialmente el entrenamiento de fuerza— se considera la intervención más efectiva para prevenir y revertir la pérdida muscular, no todos los adultos mayores pueden realizarlo con regularidad, ya sea por comorbilidades o limitaciones físicas. En este contexto, los antioxidantes han emergido como una alternativa nutricional atractiva y de bajo coste. Estas moléculas, presentes en vitaminas (C y E), polifenoles, flavonoides, astaxantina o coenzima Q10, tienen la capacidad de neutralizar los radicales libres y mitigar el daño oxidativo asociado al envejecimiento. No obstante, la evidencia sobre su eficacia en la mejora de la función muscular y su potencial sinergia con el ejercicio sigue siendo contradictoria. Mientras algunos estudios en animales muestran que la suplementación antioxidante puede atenuar el deterioro funcional, otros ensayos en humanos no han demostrado beneficios claros, salvo cuando se combina con entrenamiento físico.
El objetivo de este metaanálisis fue evaluar los efectos de los antioxidantes, solos o combinados con ejercicio, sobre la fuerza, la masa y la función muscular en adultos mayores. Para ello, los autores revisaron 39 ensayos clínicos aleatorizados (RCTs) con un total de 1.714 participantes mayores de 55 años, identificados en las bases de datos PubMed, MEDLINE y Embase hasta junio de 2024.
Resultados principales
Los antioxidantes por sí solos mejoraron de forma significativa la fuerza en press de piernas (1RM), la velocidad en la prueba “Timed Up & Go” y la distancia recorrida en la caminata de 6 minutos, sin afectar de manera relevante la masa muscular. En cambio, el ejercicio por sí solo produjo mejoras más marcadas en la capacidad funcional (mayor distancia recorrida). La combinación de antioxidantes y ejercicio fue superior a cualquiera de las dos intervenciones por separado, incrementando tanto la fuerza de prensión manual como el 1RM y la distancia de la caminata de 6 minutos.
Estos resultados indican que, aunque los antioxidantes pueden beneficiar la función muscular, su efecto es mayor cuando se combinan con el estímulo del ejercicio. La sinergia entre ambos parece potenciar la adaptación muscular y la capacidad funcional en las personas mayores.
Los autores subrayan que la suplementación con antioxidantes produce efectos positivos sobre la condición muscular y no conlleva perjuicios, lo que la convierte en una opción segura para la población anciana. Investigaciones previas refuerzan esta conclusión: la coenzima Q10 reduce el daño muscular inducido por el ejercicio, la melatonina mejora la respuesta inflamatoria y los polifenoles como el curcuminoide o las antocianinas alivian la fatiga y el dolor muscular.
Uno de los mecanismos más relevantes propuestos es la protección mitocondrial. Con la edad, las mitocondrias sufren disfunción estructural y funcional, lo que incrementa la producción de ROS y genera un círculo vicioso de daño oxidativo. Los antioxidantes pueden interrumpir este ciclo al estabilizar las membranas mitocondriales, disminuir la inflamación mediada por el inflamasoma NLRP3 y regular moléculas sensibles al redox como las caspasas y gasderminas. Sin embargo, en los ensayos analizados, el marcador de estrés oxidativo malondialdehído (MDA) no disminuyó significativamente, probablemente por la heterogeneidad de los estudios o porque las alteraciones del estrés oxidativo no se reflejan siempre en sangre.
El artículo destaca también el doble papel del ROS: en exceso promueven el daño muscular, pero en niveles moderados actúan como señalizadores para activar mecanismos de defensa antioxidante endógenos. Esta dualidad explicaría por qué algunos estudios muestran efectos neutros o incluso contraproducentes de la suplementación antioxidante en personas jóvenes o entrenadas. En cambio, en los adultos mayores, donde la producción de ROS es elevada y los sistemas antioxidantes endógenos están deteriorados, la suplementación exógena parece restaurar el equilibrio redox y mejorar la función muscular.
Por otro lado, el ejercicio físico continúa siendo el estímulo más potente para la salud muscular. Mejora la biogénesis mitocondrial, reduce la inflamación y favorece la señalización anabólica mediada por IGF-1, PI3K/Akt y mTOR. Además, promueve la diferenciación de progenitores miotendinosos y el mantenimiento de la unión músculo-tendinosa. En ancianos, el entrenamiento de fuerza es considerado el “tratamiento de referencia” para la sarcopenia temprana. Sin embargo, su eficacia puede potenciarse mediante antioxidantes, que protegen del daño oxidativo y optimizan la adaptación celular al ejercicio.
Los autores proponen varios mecanismos para esta sinergia entre ejercicio y antioxidantes. El ejercicio aumenta la dinámica mitocondrial (fusión y fisión) y la expresión de PGC-1β, regulando la biogénesis y el metabolismo energético. Al mismo tiempo, reduce marcadores inflamatorios (IL-6, TNF-α, CRP) y activa vías antioxidantes como Keap1-Nrf2. Los antioxidantes pueden complementar estos efectos reforzando la defensa celular y modulando las señales de estrés oxidativo inducidas por el entrenamiento. En conjunto, ambos estímulos crean un entorno favorable para mantener la masa muscular y la función física en la vejez.
A pesar de los resultados prometedores, los autores reconocen varias limitaciones. Algunos estudios incluidos contaban con muestras pequeñas o duraciones cortas. Además, aunque las mejoras fueron estadísticamente significativas, la relevancia clínica de algunos cambios (por ejemplo, una ganancia de 0,13 m/s en velocidad de marcha) es discutible. También se observa una escasez de ensayos que midan biomarcadores de estrés oxidativo, inflamación o señalización muscular (como SOD, glutatión o mTOR), lo que dificulta entender los mecanismos subyacentes. Finalmente, la diversidad de estilos de vida, dietas y tipos de antioxidantes entre los países incluidos limita la generalización de los resultados.
Conclusiones
Esta revisión sistemática y metaanálisis aporta evidencia sólida de que los antioxidantes pueden mejorar la fuerza y la función física en adultos mayores, y que su combinación con el ejercicio produce efectos superiores a cualquiera de las intervenciones por separado. Estos hallazgos refuerzan la idea de que la prevención y tratamiento de la sarcopenia deben abordarse desde una perspectiva integradora que combine la nutrición antioxidante con programas de ejercicio estructurado, especialmente de fuerza. A largo plazo, esta estrategia podría contribuir a reducir la fragilidad, mantener la independencia funcional y mejorar la calidad de vida en la población envejecida.
Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/10/Systematic-review-and-metaanalysis-of-antioxidants-with-or-without-exercise-training-improving.pdf
Referencia completa:
Wang Y, He Z, Long C, Li Y, Yuan Y, Huang T. Systematic review and meta-analysis of antioxidants with or without exercise training improving muscle condition in older adults. Sci Rep. 2025 Oct 2;15(1):34356. doi: 10.1038/s41598-025-16917-2.



