Prescripción de ejercicio en el tratamiento de la hipertensión

Recientemente se han publicado una revisión (Miura SI, 2022; Hypertens 16-nov; doi: 10.1038/s41440-022-01083-z) sobre la prescripción de ejercicio en el tratamiento de la hipertensión arterial, que resumimos a continuación:

Modificaciones en el estilo de vida, además a la terapia con medicamentos antihipertensivos, son importantes para prevenir la progresión de la hipertensión. Las modificaciones de estilo de vida incluyen ejercicio, reducción del consumo de sal, adherencia a un patrón dietético óptimo, control de peso, reducción del consumo de alcohol y dejar de fumar. Ya que se ha demostrado que el ejercicio aeróbico tiene un efecto antihipertensivo, esta forma de ejercicio se recomienda para la prevención y el tratamiento de la hipertensión. El ejercicio debe realizarse a una intensidad del 50% VO2max.

Además, un metaanálisis ha demostrado que el ejercicio de fuerza también tiene efectos antihipertensivos [2]. Una reducción en la resistencia periférica total, potencialmente mediada por una mejora del control vasomotor autonómo, es la principal causa de la reducción de la presión arterial (PA) después del ejercicio isométrico.

Las estrategias de manejo de la hipertensión que involucran ejercicio no solo deben reducir la PA, sino también mejorar el funcionamiento cardíaco. El ejercicio isométrico mejora el rendimiento cardiaco en pacientes hipertensos y puede conducir a un mejor pronóstico en estos pacientes.

Según el Documento de Consenso de la European Association of Preventive Cardiology

 (EAPC) y European Society of Cardiology (ESC), el ejercicio aeróbico es una terapia de ejercicio de primera línea para pacientes con hipertensión [4]. La reducción de la PA media esperada osciló entre −4,9 y −12,0 mmHg sistólica y de -3,4 a -5,8 mmHg de presión diastólica. Además, el Documento de Consenso establece que la combinación de ejercicio aeróbico con ejercicio isométrico o ejercicio de resistencia dinámica se debe recomendar a los pacientes para obtener beneficios adicionales.

En resumen, la combinación de ejercicios de fuerza dinámica y/o ejercicio isométrico con ejercicio aeróbico puede potenciar los efectos antihipertensivos del ejercicio y mejorar la salud cardíaca. El ejercicio de fuerza puede ser especialmente útil en pacientes hipertensos con sarcopenia.

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