Niveles de glucógeno muscular y rendimiento

Aunque se asume con frecuencia que la depleción de glucógeno muscular no es un limitante o causa de fatiga porque la concentración de glucógeno muscular no cae a “cero” y no se asocia a disminuciones significativas de las concentraciones de ATP celular, hay que tener en cuenta que las reservas de ATP del miocito están compartimentalizadas, con concentraciones de ATP en la TRIADA dependientes de enzimas glucolíticas ligadas a la membrana. Las reservas intra-miofibrilares a menudo son las primeras en depleccionarse durante el ejercicio, y estas son las que sirven a la función de la tríada. Así, la depleción de este depósito particular a menudo se asocia con un descenso del ATP en la triada sin impacto en la concentración global de ATP celular. El efecto neto de este hecho podría afectar al acoplamiento excitación-contracción en ausencia de una depleción de energía celular global. La observación de una cerrada asociación entre la concentración de glucógeno y el movimiento del Ca2+ soporta la idea de que el proceso excitación-contracción durante ejercicio prolongado es un proceso dependiente el glucógeno, por lo que el descenso de glucógeno puede ser un factor importante de fatiga durante ejercicio de alta intensidad. Por otra parte, se ha observado que cuando se realiza ejercicio con niveles de glucógeno disminuidos antes del inicio del esfuerzo se produce un mayor descenso de la capacidad máxima de recaptación de calcio por parte del retículo sarcoplásmico que la observada cuando el ejercicio se realiza con niveles iniciales normales de glucógeno muscular. En definitiva, nuestros músculos puede que no rindan igual con bajas concentraciones de glucógeno, aunque estas sean suficientes para cubrir la demanda de una determinada actividad deportiva

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