Ejercicios de fuerza realizados con la parte superior del cuerpo reducen el tiempo de recuperación inter-sesión de un entrenamiento de press de banca

Habitualmente después de un entrenamiento de fuerza, los grupos musculares implicados quedan en recuperación pasiva hasta la siguiente sesión. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Bartolomei y col, 2019; J Strength Cond Res 4-mar; doi: 10.1519/JSC.0000000000002960) cuyo objetivo fue comparar los efectos de estrategias activas y pasivas sobre la respuesta de recuperación después de un protocolo de press de banca de alto volumen. Participaron 25 hombres entrenados en fuerza que realizaron una sesión de entrenamiento de press de banca de alto volumen (8 series de 10 repeticiones al 70% 1RM). Después fueron asignados a un grupo de recuperación activa (AR) o de recuperación pasiva (PR). La recuperación activa consistió en sesiones de press de banca ligeros realizadas a las 6 y 30 h después del entrenamiento de alto volumen. Se midió rendimiento muscular (potencia y fuerza máximas) y espesor muscular de pectoral mayor y tríceps braquial antes del entrenamiento, y a los 15 min, 24 h y 48 h después de finalizar el mismo. Los resultados mostraron que la fuerza y potencia máxima aceleraron su recuperación con AR en comparación a PR. Tanto la potencia máxima como la fuerza isométrica máxima en press de banca fueron reducidos en el grupo PR a los 15 min y 24 h post-entrenamiento, mientras que en el grupo AR solo hubo una reducción significativa a los 15 min post-entrenamiento. El espesor muscular del pectoral mayor siguió aumentado hasta las 48 h en PR, mientras que en el grupo AR solo ocurrió a los 15 min post-ejercicio. Los resultados sugieren que la recuperación activa mejora la tasa de recuperación inter-sesión después de entrenamientos de alto volumen de fuerza, y debería ser incluido en la programación integral del entrenamiento de fuerza para optimizar las adaptaciones.

En la inmensa mayoría de las respuestas fisiológicas la recuperación activa facilita los mecanismos de restauración bioquímica y neuromuscular entre ejercicios, sean intra o intercesión. En el caso del entrenamiento de la fuerza, no se suele contemplar la sesión de ejercicio de baja intensidad y volumen como medio idóneo de recuperación inter-sesiones de entrenamiento. Los resultados de este estudio, en caso de confirmarse, sugieren la conveniencia de incluir sesiones de fuerza de baja intensidad y volumen con los mismos grupos musculares implicados en el entrenamiento para optimizar la recuperación

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