Efectos de la intervención con ejercicio en la enfermedad de Alzheimer

Durante la última década, la actividad física (AF) (o “ejercicio”) ha sido identificada como uno de los principales factores modificables que influyen en el desarrollo de la fisiopatología de la enfermedad de Alzheimer (EA).

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (López-Ortiz y col, 2022; J Neurol 7-nov; doi: 10.1007/s00415-022-11454-8) cuyo objetivo fue valorar la evidencia sobre la asociación entre AF/ejercicio y el riesgo de desarrollar EA, y el efecto de las intervenciones de ejercicio sobre la progresión de la EA. Se incluyeron 21 estudios.

Los resultados con evidencia más sólida revelaron los efectos positivos de la AF sobre el riesgo de EA. Específicamente, cumplir con las recomendaciones de la OMS para AF se asoció con un menor riesgo de EA. También revelaron efectos positivos del ejercicio sobre la función cognitiva, el rendimiento físico y la independencia funcional.

Los autores concluyen que existe fuerte evidencia de un efecto protector de la AF regular contra el riesgo de EA; sin embargo, la asociación dosis-respuesta sigue sin estar clara. El ejercicio físico parece mejorar varios factores en pacientes con EA, aunque se justifica la investigación para dilucidar las características del ejercicio que promueven los mayores beneficios.

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