El aumento del número de personas que hacen deporte y la gran carga de entrenamiento que soportan hacen que sea necesario analizar cada una de las posibles consecuencias de práctica, diferenciando aquellas que suponen un peligro real para el deportista de otras que se quedan en hipótesis sin una transcendencia clínica visible por el momento
Por otro lado, y asumiendo que el deporte de competición precisa unas dosis elevadas de entrenamiento que se alejan evidentemente del famoso término “deporte-salud”, estudiaremos las posibles medidas de prevención (si es que las hay…), así como los datos que nos pueden orientar a su diagnóstico y las posibles consecuencias de su tratamiento una vez instauradas; con el fin de preservar entre todos, en la medida de lo posible, la salud y el rendimiento de nuestros deportistas a partir de los 30-40 años
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