Umbrales láctico y ventilatorio en “ejercicio de fuerza”

media sentadillaLos umbrales láctico y ventilatorio se vienen aplicando en el entrenamiento de resistencia aeróbica desde hace más de 40 años. En los últimos años se ha planteado la posibilidad de detectar también esos umbrales durante “ejercicios de fuerza”, particularmente media-sentadilla (half-squat), aunque en sentido estricto más bien son test que utilizan ejercicios habitualmente utilizados para entrenamiento de fuerza, aunque en el fondo no dejan de ser test de resistencia aeróbica. Recientemente, un grupo de investigadores españoles pionero de estos test ha publicado los resultados de un estudio (Maté-Muñoz y col, 2016; Clin Physiol Funct Imaging 7-ene) cuyo objetivo fue determinar si la detección de los umbrales láctico (UL) y ventilatorio (VT) se producen a las mismas cargas durante un protocolo de resistencia creciente en ejercicio de media sentadilla. Además, compararon medios visuales vs métodos por algoritmos para la detección de ambos umbrales. Los sujetos realizaron 2 sesiones de test con 48 h de separación entre ellos: 1) determinación de 1RM; 2) test incremental para determinar UL y VT. Los resultados mostraron que UL y VT fueron determinados en la misma intensidad de ejercicio (aprox. 23-24% 1RM). Por otra parte, ambos umbrales mostraron correlación significativa, y la detección visual y algorítmica mostró resultados similares. Los autores sugieren que la determinación de los umbrales durante ejercicios utilizados habitualmente para entrenar fuerza, pero aplicando protocolos de test incrementales aeróbicos, pueden ser de utilidad para controlar la intensidad del entrenamiento en medias sentadillas.

La determinación de los umbrales cuando se implican grandes grupos musculares en intensidades progresivamente crecientes no está condicionada con la modalidad de ejercicio empleado. Así, los umbrales se detectan remando, corriendo, patinando o pedaleando. La detección de los umbrales durante un ejercicio de media sentadilla guarda toda similitud fisiológica con las anteriores modalidades de ejercicio, excepto que es un tipo de ejercicio que habitualmente se utiliza para entrenar fuerza. Ahora, más allá del interés fisiológico (que lo tiene) hemos de saber la utilidad práctica de la detección de estos umbrales en el entrenamiento real. Se me hace difícil visualizar a deportistas realizando periodos de 60 min de medias sentadillas a intensidad umbral. No obstante, aplaudo y felicito a este grupo de investigación español por estar contribuyendo a ampliar el conocimiento en torno a la denominada transición aeróbica-anaeróbica, con una novedosa metodología.

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