Ultramaratón y daño cardiaco

ultramaratonNo hay duda que las actividades de ultra-resistencia se asocian a alteraciones estructurales y funcionales de difícil interpretación que se sitúan entre lo fisiológico y lo fisiopatológico. Se han estudiado diferentes biomarcadores séricos después de correr maratones, pero son escasos los estudios que han valorado los mismos después de correr ultramaratones. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Khodaee y col, 2015; Int J Sports Med 2-jul) en el que los autores obtuvieron muestras de sangre de 20 participantes después de cubrir un ultramaraton de 161 km, para analizar diferentes marcadores cardiacos, hematológicos y metabólicos. Los resultados mostraron un aumento de la troponina I cardiaca y un descenso del sodio sérico, aunque todos los corredores que finalizaron la prueba tuvieron valores de Na+ de >135 mmol/L. Solo 1 de los 10 corredores que finalizaron la prueba tuvieron valores altos de creatinina post-ejercicio. Los corredores que finalizaron la prueba en menos tiempo tuvieron valores de troponina I cardiaca más elevados respecto a los más lentos. Los autores mostraron que correr un ultramaratón causó cambios significativos en parámetros cardiacos y metabólicos.

En mi opinión correr 160 km no es saludable, aun cuando se puedan lograr adaptaciones que permitan recorrer esa distancia. La presencia post-carrera de biomarcadores que señalan un daño muscular cardiaco o al menos una alteración en la integridad de las membranas de las células musculares cardiacas, apoya la primera afirmación. Es posible que en unos cuantos años tengamos evidencias epidemiológicas de alteraciones de salud en ex-atletas de ultra-resistencia, mientras tanto vigilemos con atención a los corredores y deportistas en general que tienen en la ultra-resistencia su elección deportiva.

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