Respuestas hemodinámicas al ejercicio de fuerza en pacientes coronarios

fuerza y corazonDesde hace décadas los pacientes coronarios en fase de rehabilitación se benefician del entrenamiento de resistencia aeróbica, habiendo evolucionado el carácter del mismo a lo largo del tiempo. Así, inicialmente la intensidad solo era contemplada en torno al umbral aeróbico (umbral láctico), para en la actualidad aplicar también entrenamientos interválicos de alta intensidad. El entrenamiento de fuerza (RE) no era una indicación cuando se iniciaron los programas de rehabilitación cardiaca, luego se pasó a un entrenamiento de fuerza resistencia, para más tarde abrir la posibilidad de fuerza máxima. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Giovaaq y col, 2016; Med Sci Sports Exerc 48: 581-8) cuyo objetivo fue valorar las respuestas hemodinámicas al ejercicio de fuerza con cargas moderadas (según las directrices internacionales para pacientes coronarios) frente a altas cargas en pacientes con enfermedad arterial coronaria (CAD). Participaron pacientes coronarios estables en fase de rehabilitación, que realizaron 3 series de 15 RM y 4RM en orden aleatorio y días separados. Durante el ejercicio fueron monitorizadas latido a latido las siguientes variables: presión arterial sistólica (SBP) y diastólica (DBP), frecuencia cardiaca (HR), volumen sistólico (SV), gasto cardiaco (CO) y resistencia vascular periférica. Los resultados mostraron que, en comparación con el pre-ejercicio, la SBP y la DBP aumentaron un 12 y 13%, y un 35 y 40%, con 4RM y 15RM, respectivamente. El aumento con 15RM fue significativamente mayor que con 4RM. La SBP de la cuarta repetición de 15 RM fue similar a la 4º repetición de 4 RM. Comparado con el pre-ejercicio el SV aumentó moderada pero significativamente después de 4 RM y 15 RM. La HR aumentó más con 15 RM en comparación con 4 RM, y por tanto el gasto cardiaco fue más elevado con 15 RM vs 4 RM. La resistencia vascular periférica disminuyó un 15% y un 50% después de 4 RM y 15 RM, respectivamente. Los autores concluyen que la presión arterial aumentó más después de entrenamientos con 15 RM (moderada carga), por lo que la magnitud de la carga externa no parece el principal determinante de la respuesta de la presión arterial en esta modalidad de entrenamiento clínico. Se sugiere entonces, que en estos pacientes si de lo que se trata es de manejar la respuesta de la presión arterial parecen preferibles altas cargas y bajas repeticiones a cargas moderadas con altas repeticiones.

Como ocurre con el entrenamiento deportivo, pero mucho más acusado por un menor tiempo de aplicación histórica, el conocimiento de las variaciones en las respuestas y adaptaciones al ejercicio en pacientes en general cambia de año en año. Es importante estar al día de estas nuevas recomendaciones para prescribir programas de ejercicio más seguros y más eficaces. Solo un profundo conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad, de las interferencias fisiológicas de los tratamientos, y de las respuestas y adaptaciones a distintas modalidades de ejercicio, pueden llevar a optimizar programas de ejercicio para nuestros pacientes.

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