Respuestas agudas y daño muscular con diferentes protocolos de HIIT

(post destacado 2016) El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) se aplica con diferentes protocolos y aunque estos pueden diferir notablemente en las respuestas y adaptaciones asociadas, habitualmente son englobados en el epígrafe de HIIT. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Wiewelhove y col, 2016; J Sports Med Phys Fitness 56: 606-15) cuyo objetivo fue evaluar las respuestas agudas y el daño muscular inducido por el ejercicio con 5 diferentes protocolos de HIIT ajustados por la máxima velocidad aeróbica estimada mediante el test de fitness intermitente 30-15 (VIFT). Los 5 protocolos diferentes se aplicaron separados de 6 días entre ellos (P240: 4×4 min al 80% VIFT; P120: 7×2 min al 85%; P30: 2x10x30 s al 90%; P15: 3x9x15 s al 95%; P5: 4x6x5 s esprint all-out). Los resultados mostraron que las respuestas de frecuencia cardiaca, RPE y lactato en sangre aumentaron sus valores con la duración de los protocolos de P15 a P240, mientras que el pH se comportó de manera inversa. En contraste P5 se asoció con el máximo valor de lactato en sangre y mínimo pH. 24 h después del ejercicio los valores de creatín-kinasa, dolor muscular y descenso en la altura en test de salto fueron mayores en P5 en comparación con los otros protocolos.

Los protocolos de HIIT de más duración se asocian a mayor exigencia cardiocirculatoria, mientras que los protocolos cortos se vinculan a mayor estrés muscular. Así pues, la aplicación de entrenamientos interválicos y los protocolos utilizados deberán variar según los objetivos propuestos, algo que parece sencillo pero no lo es en absoluto, al tener que combinar hasta 9 variables para configurar un protocolo personalizado.

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