Omega-3 y entrenamiento de fuerza en mujeres de edad avanzada

Los ácidos grasos omega-3 son ácidos grasos esenciales poliinsaturados que han mostrado múltiples beneficios en la salud. Existen 6 tipos de ácidos grasos omega-3 siendo la base de todos ellos el ácido linoleico. Por otra parte, los ácidos grasos omega 6 también son esenciales, compitiendo con los omega-3. Una alta relación omega 6: omega 3 en la dieta se ha relacionado con problemas de salud. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Edholm y col, 2017; J Appl Physiol 4-may) cuyo objetivo fue valorar los efectos de 24 semanas de entrenamiento de fuerza combinado con una dieta saludable sobre la fuerza explosiva en una población de mujeres sanas de edad avanzada. Participaron 63 mujeres de 67,5±0,4 años que fueron asignadas aleatoriamente a uno de los siguientes tres grupos: entrenamiento de fuerza (RT), entrenamiento de fuerza + dieta saludable (RT-HD) y control (CON). El entrenamiento de fuerza fue progresivo a cargas del 75-85% 1RM. El principal ajuste en la dieta saludable fue alcanzar una relación omega 6: omega 3 inferior a 2. Se valoraron la fuerza máxima de miembros inferiores, fuerza explosiva durante movimientos dinámicos e isométricos, así como la masa libre de grasa y la capacidad funcional. Los resultados mostraron un aumento de la masa libre de grasa únicamente en el grupo RT-HD. La fuerza isométrica durante extensión de rodilla, así como el test “timed up and go” aumentaron de manera similar en ambos grupos de entrenamiento. La mejora de la potencia muscular, y el tiempo para alcanzar el pico de potencia, mejoraron significativamente en ambos grupos, pero en mayor proporción en el grupo RT-HD. De manera similar, los cambios en la fuerza pico y la fuerza desarrollada durante el test de salto fueron mayores en RT-HD en comparación con el grupo RT. Los autores sugieren que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 puede optimizar los efectos del entrenamiento de fuerza en mujeres sanas de edad avanzada.

Uno de los defectos de la “dieta actual” en países occidentales es la alta relación entre los ácidos grasos omega 6 vs omega 3, que puede alcanzar una proporción superior a 20. Habitualmente los suplementos para optimizar las adaptaciones en el entrenamiento de fuerza van dirigidas a las proteínas, aminoácidos, creatina, etc., con escasa atención a los ácidos grasos omega-3. Los resultados del estudio comentado, junto con otros similares, deberían dirigir nuestra atención hacia una dieta adecuada también en la proporción de los ácidos grasos omega 6 vs omega 3.

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