La testosterona es una hormona típicamente masculina muy ligada a la fuerza y potencia muscular, que son cualidades necesarias para el deporte de competición. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Cook y col, 2017; Scand J Med Sci Sports 21-dic) cuyo objetivo fue investigar las variaciones de la concentración de testosterona salivar (sal-T) a lo largo del ciclo menstrual en mujeres atletas de diferente nivel de competición, y su asociación con la motivación y la potencia neuromuscular. Las atletas fueron monitorizadas los días 7 (D7), 14 (D14) y 21 (D21) en tres ciclos menstruales, valorando la concentración de sal-T y el grado de motivación para entrenar y competir. Dos medidas más se obtuvieron en los mismos días en 2 ciclos menstruales: 1) la respuesta de la sal-T (cambio delta) a un test de estrés físico; y 2) potencia pico (PP) en un esprint de 6 s en bicicleta después de potenciación post-activación (PAP). Los resultados mostraron un aumento de sal-T de un 17% del D7 al D14, descendiendo un 25% el D21; este resultado fue parcial en atletas de elite con mayores sal-T, mostrando cambios menstruales mayores. La motivación, reactividad sal-T al estrés y PP también variaron en función del día, en paralelo a la concentración de sal-T y en favor de las atletas de elite. Se observó una mayor correlación entre la motivación y la sal-T en reposo en atletas de elite vs aficionadas. Los autores concluyen que los cambios en el ciclo menstrual de sal-T fueron más marcados en atletas de elite con mayores concentraciones de sal-T. Esto se acompañó con mayor motivación para entrenar, mayor respuesta de la sal-T a un estrés físico y una mayor potencia neuromuscular en el grupo de elite. Estos resultados soportan las observaciones de que las mujeres atletas con mayores niveles de testosterona están más representadas en la elite del rendimiento.
Los niveles hormonales basales condicionan una importante parte del rendimiento deportivo. Los niveles de testosterona y su respuesta al ejercicio son clave para alcanzar un alto rendimiento deportivo casi en todas las disciplinas, especialmente las que requieren altos niveles de fuerza y/o potencia muscular. Este estudio muestra la importancia que los niveles de testosterona innatos en las mujeres pueden condicionar el rendimiento deportivo e incluso la actitud para entrenar o competir.
