Los efectos de las estatinas sobre el rendimiento y la actividad física

Las estatinas son un grupo de fármacos que se utilizan para disminuir el colesterol y los triglicéridos en pacientes que mantienen valores elevados y por tanto tienen un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis y con ello patología cardiovascular. Su principal acción se basa en la inhibición de la HMG-CoA reductasa. Las estatinas, en sus diferentes presentaciones, son fármacos consumidos por millones de personas en el mundo, muchas de las cuales realizan ejercicio físico habitual, incluso a nivel competitivo.

La combinación de estatinas y ejercicio ha mostrado efectos beneficiosos en el descenso de la mortalidad.

Sin embargo, las estatinas pueden producir efectos secundarios que ocurren con más frecuencia en pacientes físicamente activos. Recientemente se han publicado los resultados de una revisión sistemática (Moyes y Thompson, 2017; J Clinical Lipidology, doi: 10.1016/j.jacl.2017.07.003) cuyo objetivo fue evaluar los efectos de las estatinas sobre el rendimiento y la actividad física. Los autores revisaron 32 artículos publicados entre 1990 y 2016, que incluyeron 95328 pacientes, de los que 21043 tenían como tratamiento estatinas. La edad media de los sujetos fue de 52,6 años y fueron mayoritariamente hombres (74,2%).

Los resultados de la revisión no mostraron evidencia consistente de un deterioro de la fuerza o el rendimiento aeróbico en pacientes que toman estatinas, al menos en los primeros 6 meses de tratamiento. No existen ensayos a más largo plazo.

No hay evidencia consistente de un deterioro de la fuerza o el rendimiento aeróbico en pacientes que toman estatinas.

La respuesta de la CK (enzima creatín-quinasa) al ejercicio es de difícil valoración, pero los resultados de la revisión no ofrecen evidencia consistente de que las estatinas aumenten la liberación de CK después del ejercicio, si bien, el diseño de los estudios puede haber contribuido a estos resultados.

Los autores no encontraron evidencia suficiente como para afirmar rotundamente que el tratamiento con estatinas produce efectos negativos sobre el rendimiento.

La relación entre el tratamiento con estatinas y el deterioro de la función muscular ha sido aceptado por la comunidad científica vinculada al deporte como un hecho cierto. Esta revisión sistemática cuestiona que esa asociación negativa esté lo suficientemente probada, esencialmente debido a los diseños de los estudios publicados. Por otra parte, como casi siempre, faltan estudios longitudinales a largo plazo que pudieran ofrecer datos más reales de la terapia con estatinas en personas deportistas. Todos los fármacos poseen efectos secundarios, pero no podemos asumir que afectan negativamente a la salud, esencialmente porque los beneficios de su prescripción siempre superan a los posibles efectos negativos. Evidentemente esto es válido cuando los fármacos se aplican en personas enfermas, no con fines de prevención. Esto último abriría un interesante debate, ya que cada vez son más las personas sanas, que realizan o no ejercicio, que toman fármacos (ej. aspirina) con finalidad claramente preventiva.  

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