Hiponatremia y ejercicio

hidratación-y-ejercicioLa hiponatremia (descenso de los niveles de sodio en sangre) asociada al ejercicio (EAH) es una complicación derivada generalmente de una sobre-hidratación durante el ejercicio de duración prolongada. La elevada pérdida de sodio por el sudor, la ingesta de líquidos con bajo contenido de sodio, la función renal afectada o incluso la toma de antiinflamatorios, favorece la aparición de EAH. La hiponatremia asociada al ejercicio es un cuadro grave que puede llevar a la muerte al deportista, por lo que es de vital importancia que las pautas de hidratación y reposición electrolítica sean las adecuadas. Cuanto más rápido y más bajo caiga el sodio plasmático, tanto mayor será el riesgo de consecuencias que amenacen la vida. La prevención de este cuadro clínico no es difícil: no ingerir más de 800-900 ml de líquido por hora y beber líquidos que contentan unos 20 mmol/l de sodio (la composición habitual de las denominadas “bebidas para deportistas”), son dos normas básicas que previenen la EAH. En este sentido, existe un cierto debate sobre la necesidad de reponer totalmente las pérdidas hídricas del sudor para evitar deshidratación que podría afectar al rendimiento del deportista. En el foco de este debate se sitúan los que defienden que hay que beber según el impulso de la sed, frente a los que piensan que la reposición de líquidos ha de estar programada independientemente de la sensación de sed. En mi opinión ambas posturas no están totalmente enfrentadas sino que son complementarias. En el primer caso el objetivo es mantener la osmolaridad de la sangre, y en el segundo evitar la deshidratación. Así, nuestra recomendación es mixta: se requiere una programación temporal de las pautas de hidratación en función de la duración, intensidad, modalidad de ejercicio, condiciones ambientales y características individuales del deportista, pero se permite cierta flexibilidad (por encima de unos mínimos) en el volumen a ingerir en función de las sensaciones individuales. Para aquellos que piensan que los corredores de elite beben menos dos datos: los atletas africanos beben de media 550 ml/h de líquido en las pruebas de maratón, mientras que el gran Gebrselassie cuando realizó la mejor marca en el maratón de Berlín 2008, bebió 1 litro/h de líquido e ingirió 65 g de hidratos de carbono por hora.

Suscríbete ahora al Club EP&T, y llévate todas las formaciones por sólo 8€/mes, además de poder acceder a artículos especiales del blog