HIIT y apetito en obesos

Los estudios sobre el impacto del entrenamiento interválico crónico sobre el apetito en la población con obesidad son escasos. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Martins y col, 2017; Med Sci Sports Exerc 11-abr) cuyo objetivo fue determinar los efectos de 12 semanas de programas isocalóricos de entrenamiento continuo de moderada intensidad (MICT) o interválico de alta intensidad (HIIT) ó HIIT de corta duración (1/2HIIT), sobre las sensaciones subjetivas de apetito, apetito en relación al nivel hormonal y valor de recompensa de la comida en sujetos obesos sedentarios. Participaron 46 obesos sedentarios (30 mujeres y 16 hombres) con un BMI de 33,3±2,9 y una edad de 34,4±8,8 años. Los voluntarios fueron asignados aleatoriamente uno de los siguientes tres grupos: MICT, HIIT ó 1/2HIIT. El ejercicio se realizó 3 días/semana durante 12 semanas. Los sentimientos subjetivos de apetito y niveles plasmáticos de grelina acilada (AG), polipéptido YY3-36 (PYY3-36) y péptido similar al glucagón (GLP-1), fueron valorados antes y después de un desayuno estándar (cada 30 mi hasta 3 h) antes y después de la intervención de ejercicio. Las preferencias de sabor graso y dulce y la recompensa de alimentos se midieron usando el Leeds Food Preference Questionnaire. Los resultados mostraron un aumento de la sensación de hambre en ayuno y periodo posprandial con la intervención del ejercicio, pero sin diferencias entre grupos. No se observaron efectos de la intervención de ejercicio, ni interacción entre grupos, en las sensaciones de plenitud, deseo de comer, consumo de alimentos o concentraciones de AG, PYY3-36 y GLP-1. No se encontraron cambios en la preferencia o recompensa alimenticia respecto al tiempo o interacciones entre grupos. Este estudio sugiere que el HIIT no tuvo un efecto diferenciador sobre el apetito o recompensa de los alimentos al compararlo con un programa isocalórico de MICT en pacientes obesos.

El HIIT es un método de entrenamiento eficaz que en pocos años ha logrado saltar del ámbito del rendimiento al de la salud. ¿Pero es en realidad HIIT lo que se aplica en el ámbito clínico y de la salud?.  La respuesta puede ser afirmativa, puesto que en términos relativos se aplican entrenamientos de carácter interválico y alta intensidad relativa”, o negativa, ya que en sentido estricto un HIIT solo puede aplicarse a personas con una alta capacidad de entrenamiento debido a sus exigentes características. Ese “falso concepto del HIIT” lleva a esperar respuestas fisiológicas que en la práctica no se dan. Un ejemplo de ello es el supuesto mayor gasto energético post-ejercicio debido a la necesidad de recuperación de nucleótidos celulares asociados al HIIT, ó incluso el descenso del apetito por las altas concentraciones de catecolaminas. En realidad, esas respuestas típicas del HIIT solo se obtienen al administrar verdaderas sesiones de HIIT solo al alcance de los atletas.

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