Fuerza y fatiga en el ciclo menstrual

Desde hace tiempo se sabe que distintas variables fisiológicas manifiestan variaciones significativas a lo largo del ciclo menstrual, lo que afecta al rendimiento. Esas variaciones son debidas a las oscilaciones en los niveles hormonales afectando al sistema nervioso autónomo y a algunas funciones metabólicas. Algunos estudios han sugerido que la fuerza y la fatiga pueden mostrar diferencias significativas a lo largo del ciclo menstrual. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Pallavi y col, 2017; J Clin Diagn Res 11: CC11-CC13) cuyo objetivo fue evaluar las variaciones en la fuerza muscular y en la fatiga durante varias fases del ciclo menstrual en mujeres jóvenes (18-24 años). Participaron 100 mujeres sanas con ciclos menstruales regulares (26-32 días). Se valoró la fuerza muscular con un dinamómetro de mano y la tasa de fatiga. Cada mujer fue evaluada consecutivamente en 2 ciclos menstruales en las tres fases: Fase 1, menstrual; Fase 2, folicular, y Fase 3, lútea. Los resultados mostraron que la cantidad de trabajo efectuado y la fuerza muscular fueron significativamente más altos en Fase 2 (folicular). En términos de fatiga, la Fase 2 (folicular) mostró menores valores frente a las otras dos fases. Los autores sugieren que la variación cíclica de las hormonas reproductoras aumenta la fuerza en la fase folicular del ciclo menstrual.

La fuerza es una cualidad esencial para el rendimiento deportivo, de tal manera que debería siempre preservarse su máxima expresión en competición. Este y otros estudios muestran la conveniencia de adaptar los ciclos menstruales a las fechas de competición en atletas que buscan rendimiento. En este sentido, la fase folicular parece la más propicia para ayudar a expresar la máxima fuerza.

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