Fisiología y fisiopatología de la carrera de maratón

La carrera de maratón representa un desafío fisiológico considerable para el cuerpo humano. Si bien el entrenamiento y la participación en maratones pueden mejorar la salud y la forma física, también pueden conllevar riesgos significativos. Este artículo revisa de manera integral los efectos positivos y negativos del entrenamiento y la competición en maratones en diferentes sistemas orgánicos, abordando tanto las adaptaciones fisiológicas como las posibles complicaciones.

Cambios metabólicos y hormonales

El metabolismo energético durante una maratón implica la oxidación de hidratos de carbono y grasas, procesos esenciales para mantener el rendimiento físico prolongado. Durante la carrera, se observan alteraciones en hormonas clave como el cortisol, la insulina y la leptina, las cuales afectan la homeostasis energética. Además, se ha documentado una disminución de los niveles de glucógeno muscular y hepático, lo que lleva a una mayor dependencia de la oxidación de ácidos grasos.

El gasto calórico durante una maratón es elevado y puede variar entre 2500 y 3500 kcal dependiendo del peso corporal, la velocidad y la eficiencia del corredor. La ingesta adecuada de carbohidratos antes y durante la carrera es fundamental para prevenir la fatiga prematura. En este sentido, los suplementos de glucosa y bebidas isotónicas han demostrado mejorar el rendimiento y reducir el impacto negativo sobre los niveles hormonales.

Sistema cardiovascular

El entrenamiento para maratón produce adaptaciones cardíacas beneficiosas, como el incremento del volumen sistólico, la mejora en la eficiencia del corazón y la regulación de la presión arterial. No obstante, el esfuerzo prolongado puede generar estrés cardiovascular significativo. Se han identificado biomarcadores de daño cardíaco, como el aumento transitorio de troponinas y el factor natriurético auricular, que sugieren que el corazón experimenta una carga importante durante y después de la carrera.

Además, se han reportado casos de disfunción ventricular transitoria, especialmente en corredores no bien entrenados. Aunque estos efectos suelen revertirse en pocas horas o días, se considera que la exposición repetida a carreras de resistencia extrema podría aumentar el riesgo de arritmias, fibrosis miocárdica y, en casos excepcionales, muerte súbita cardiaca.

Sistema respiratorio

El ejercicio de resistencia mejora la capacidad pulmonar y la eficiencia del intercambio gaseoso, permitiendo una mejor oxigenación de los tejidos. Sin embargo, el esfuerzo extremo puede inducir fatiga en los músculos respiratorios y exacerbar condiciones preexistentes como el asma inducida por el ejercicio. Estudios han demostrado que corredores de maratón pueden experimentar reducciones transitorias en el volumen espiratorio forzado (VEF1) y una ligera broncoconstricción post-ejercicio.

En condiciones climáticas adversas, como temperaturas extremadamente frías o altas concentraciones de contaminantes atmosféricos, el sistema respiratorio puede sufrir mayor estrés. La exposición prolongada a estas condiciones ha sido vinculada con inflamación de las vías aéreas y mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias en los días posteriores a la carrera.

Sistema renal

El esfuerzo prolongado puede afectar la función renal, favoreciendo la aparición de insuficiencia renal aguda e alteraciones electrolíticas. Durante la maratón, el flujo sanguíneo renal disminuye considerablemente debido a la redistribución del flujo hacia los músculos activos, lo que puede inducir una reducción en la tasa de filtración glomerular.

Un fenómeno común en los corredores de maratón es la hiponatremia dilucional, que ocurre cuando la ingesta excesiva de líquidos diluye el sodio en sangre, generando confusión, convulsiones e incluso coma en casos graves. La regulación adecuada de la ingesta hídrica según las necesidades individuales de cada corredor es esencial para evitar este tipo de complicaciones.

Sistema gastrointestinal

Los problemas gastrointestinales durante la maratón son frecuentes y pueden afectar negativamente el rendimiento. La reducción del flujo sanguíneo esplénico, sumada al impacto mecánico y al consumo de geles energéticos o bebidas inadecuadas, puede provocar náuseas, diarrea o dolor abdominal. En algunos casos, se han reportado hemorragias digestivas leves debido a la permeabilidad intestinal aumentada.

Sistema musculoesquelético

El impacto repetitivo del maratón favorece mejoras en la densidad mineral ósea y la resistencia muscular, pero también aumenta el riesgo de lesiones por sobreuso. Las lesiones más comunes incluyen fracturas por estrés, tendinopatías y lesiones del cartílago articular, especialmente en corredores con técnica inadecuada o deficiencias biomecánicas.

El daño muscular post-maratón, evidenciado por niveles elevados de creatina quinasa y mioglobina en sangre, suele resolverse en unos días, aunque en algunos casos puede llevar a rabdomiolisis, una condición grave que requiere atención médica.

Conclusiones

La participación en maratones ofrece beneficios sustanciales para la salud cardiovascular, metabólica y mental, pero también implica riesgos. Un enfoque equilibrado en la preparación, la recuperación y la supervisión médica puede ayudar a maximizar los beneficios y reducir los posibles efectos adversos del entrenamiento y la competición de resistencia.

Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/02/Physiology-and-Pathophysiology-of-Marathon-Running.pdf

Referencia completa:

Braschler L, Nikolaidis PT, Thuany M, Chlíbková D, Rosemann T, Weiss K, Wilhelm M, Knechtle B. Physiology and Pathophysiology of Marathon Running: A narrative Review. Sports Med Open. 2025 Jan 27;11(1):10. doi: 10.1186/s40798-025-00810-3.

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