Entrenamiento en hipoxia intermitente

HIPOXIALa eficacia del entrenamiento en hipoxia intermitente (IHT) está en discusión; además, los efectos del desentrenamiento no se conocen en profundidad. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Nakamoto y col, 2015; J Strength Cond Res 7-nov) cuyo objetivo fue: 1) si el IHT aumenta la capacidad aeróbica; 2) si ocurre un efecto desentrenamiento post-IHT; y 3) si la exposición a hipoxia intermitente (IHT) en reposo reduce el posible efecto desentrenamiento aeróbico post-IHT. Participaron en el estudio 28 corredores (VO2max: 55,4 ml/kg/min) distribuidos en 2 grupos. Dos veces a la semana un grupo realizó 6 semanas de IHT, seguido de 4 semanas de IHT en reposo (Grupo IHT/IHE). Otro grupo, realizó 6 semanas de IHT seguido de 4 semanas de exposición normóxica en reposo (Grupo IHT/NE). Un grupo control realizó 6 semanas de entrenamiento normóxico seguido de 4 semanas de exposición normóxica en reposo (Grupo NT/NE). Se realizaron valoraciones hematológicas y de capacidad aeróbica submáxima y máxima en normoxia antes del entrenamiento, después del entrenamiento y post-exposición. Los resultados no mostraron cambios significativos en la hemoglobina, pero el umbral láctico y la economía de carrera mejoraron en todos los grupos en post-entrenamiento. Los umbrales ventilatorios 1 y 2, así como el VO2max aumentó después de IHT (IHT/IHE y IHT/NE), pero no después de NT. Las adaptaciones obtenidas al entrenamiento IHT se mantuvieron en la post-exposición. Los autores sugieren que el entrenamiento con hipoxia intermitente mejora la capacidad aeróbica en mayor medida que el entrenamiento en normoxia. Además, las adaptaciones se mantuvieron durante las 4 semanas post-IHT, independientemente de la exposición en reposo.

El patrón más típico de protocolo de hipoxia intermitente es dormir en situación de hipoxia (natural o artificial) y entrenar en normoxia (nivel del mar). También en el concepto entra la exposición a hipoxia intermitente en periodos breves pero a una gran altitud simulada, ya que esa alternancia de presiones de oxígeno parece clave en las adaptaciones a conseguir. Por tanto la base fisiológica está ahí, lo que hace falta después es saber aplicar correctamente un plan de entrenamiento integrado con la exposición a las situaciones de hipoxia. El estudio comentado hoy sugiere una mejora significativa de la capacidad aeróbica máxima, uno de los pilares en los que se apoya el rendimiento de resistencia aeróbica.

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