Entrenamiento de fuerza vs aeróbico en insuficiencia cardiaca

El fitness cardiorrespiratorio (VO2pico) está relacionado de manera positiva con el pronóstico de la insuficiencia cardiaca (HF), pero la falta de tiempo, por un lado, y el bajo nivel de energía de estos pacientes son barreras para la adherencia al ejercicio. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Munch y col, 2018; J Cardiopulm Rehabil Prev 18-ene; doi: 10.1097/HCR.0000000000000304) cuyo objetivo fue comparar los efectos de un entrenamiento de fuerza de corta duración (TRE) con entrenamiento aeróbico de moderada intensidad en bicicleta (AMC) sobre las capacidades submáximas y máximas de ejercicio, calidad de vida y función vascular. Veintiocho pacientes HF clase funcional NYHA I-II realizaron AMC o TRE. Los pacientes entrenaron 3 sesiones por semana durante 6 semanas. El grupo AMC entrenó 45 min por sesión, mientras que el grupo TRE lo hizo durante 25 min. Durante las sesiones de entrenamiento los grupos TRE y AMC, sostuvieron valores medios de 60±4% y 59±2% VO2pico, respectivamente. Los resultados mostraron que el gasto energético fue mayor en AMC que en TRE. Los valores de VO2pico y Wpico, aumentaron significativamente en los dos grupos sin diferencias entre ellos. El test de los 6 min caminando también mejoró en los dos grupos sin diferencias entre ellos. La calidad de vida mejoró en los dos grupos, mientras que la función vascular no mejoró en ningún grupo. Los resultados demuestran que un protocolo de fuerza de corta duración mejora la capacidad de ejercicio y la calidad de vida en pacientes con insuficiencia cardiaca, a pesar del menor tiempo invertido y el menor gasto energético asociado. Probablemente estos protocolos de ejercicio mejoren la adherencia a los programas de rehabilitación.

El entrenamiento de fuerza ha estado y está relegado a un segundo plano en los programas de rehabilitación cardiaca. La parte aeróbica, que más involucra al sistema cardiocirculatorio, ha ocupado y ocupa la mayor parte del entrenamiento terapéutico en los pacientes con patologías cardiacas. Sin embargo, cada vez son más las evidencias clínicas sobre la eficacia de los denominados entrenamientos de fuerza en estos pacientes. En realidad, se está imponiendo el entrenamiento concurrente, con un progresivo aumento en la parte relacionada con la fuerza. Y es que no hay que perder de vista que la salud comienza en el tejido muscular.

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