Entrenamiento de fuerza en enfermos coronarios: ¿mejor altas cargas?

corazonEl entrenamiento de fuerza (RE) está indicado en la mayoría de los enfermos coronarios, sin embargo es necesario conocer que modalidad de entrenamiento es la más indicada en estos pacientes. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Giovaag y col, 2015; Med Sci Sports Exerc 10-nov) cuyo objetivo fue investigar las respuestas hemodinámicas al ejercicio de fuerza con cargas moderadas (según las recomendaciones de la mayoría de guías internacionales) frente a entrenamiento con altas cargas en pacientes con enfermedad coronaria (CAD). Participaron hombres y mujeres con CAD estable, que realizaron 3 series de 15RM ó 4RM en orden aleatorio en días diferentes. Se midieron presión arterial latido a latido sistólica (SBP) y diastólica (DBP), frecuencia cardiaca (HR), volumen sistólico (SV), gasto cardiaco (CO) y resistencia vascular sistémica (SVR) antes del ejercicio y durante el mismo. Los resultados mostraron que en comparación con el reposo, la SBP y DBP aumentaron un 12-13% y un 35-40% con el entrenamiento 15RM. Con 15RM SBP y DBP fueron mayores que con 4RM. La SBP de la 4ª repetición en 15RM fue similar a la 4ª repetición de 4RM. La HR aumentó más con 15RM que con 4RM, mientras que el SV aumentó ligeramente con los dos protocolos sin diferencias. El CO aumentó más en 15RM. SVR disminuyó un 15% y un 50% siguiendo 4RM y 15RM. Los autores sugieren que el incremento de la presión arterial fue mayor con cargas moderadas en entrenamiento de fuerza; por tanto, la magnitud de la carga externa no parece el determinante principal de la respuesta de la presión arterial durante el ejercicio de fuerza. Por tanto, los autores concluyen que si el objetivo es controlar la presión arterial son preferibles las cargas altas con menos repeticiones que las cargas moderadas con altas repeticiones.

Entrenar a un paciente requiere conocimiento de las bases del entrenamiento, pero lo más importante es conocer la fisiopatología de la enfermedad del paciente y especialmente como responde al ejercicio, no solo por la propia alteración fisiológica ligada a la enfermedad, sino también por los efectos secundarios de los fármacos prescritos. El estudio comentado hoy es quizás un fiel reflejo de la necesidad no tanto de estructurar entrenamientos, sino de prescribir entrenamientos, y para esto último hay que saber suficiente fisiopatología.

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