Entrenamiento concurrente y respuesta endocrina

entren concurrenteNo cabe duda que el entrenamiento concurrente “está de moda”, solo hace falta asomarse a la literatura científica para darse cuenta que es uno de los temas que más interesa a los científicos que trabajan en fisiología del ejercicio. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Jones y col, 2016; J Strength Cond Res 30: 693-702) cuyo objetivo fue examinar las respuestas endocrinas y de fuerza frente a diferentes modalidades de entrenamiento concurrente. Participaron sujetos entrenados en fuerza que completaron 6 semanas (3 días/semana) de entrenamiento: a) entrenamiento de fuerza (ST); b) entrenamiento concurrente de fuerza y resistencia aeróbica con una relación 3:1 (CT3); c) entrenamiento concurrente de fuerza y resistencia aeróbica con una relación 1:1 (CT1); o d) no entrenamiento (CON). El entrenamiento de fuerza consistió en ejercicios multiarticulares, mientras que el ejercicio de resistencia aeróbica se desarrolló corriendo en tapiz rodante. Se valoró fuerza y potencia máxima, así como factores endocrinos antes del entrenamiento, y después de 3 y 6 semanas de entrenamiento. Los resultados mostraron que después de la intervención ST y CT3 mostraron similares aumentos de fuerza de miembros inferiores; además ST mejoró más la fuerza que CT1 y CON. Todas las modalidades de entrenamiento mejoraron la fuerza de parte superior del cuerpo de manera similar. El grupo ST mostró las mayores ganancias de potencia de miembros inferiores frente al resto de condiciones. Después del periodo de entrenamiento, CT1 mostró mayores incrementos de cortisol que ST. Los autores sugieren que en el entrenamiento concurrente un alto volumen de entrenamiento de resistencia aeróbica inhibe el desarrollo de ganancia de fuerza, mientras que bajos volúmenes no lo hacen. Por otra parte, la potencia muscular se ve negativamente afectada por el entrenamiento de resistencia aeróbica de alta y baja frecuencia. Por otra parte, frecuencias más elevadas de entrenamiento de resistencia aeróbica se asociaron a mayores niveles de cortisol durante el entrenamiento.

Este, como otros muchos estudios previos, demuestran una clara interferencia entre el entrenamiento de fuerza y de resistencia aeróbica, cuando el objetivo principal es la mejora de la fuerza. En cualquier caso, en mi opinión el tema del entrenamiento concurrente quizás se le esté dando una importancia que en la práctica no tiene. Me explico: los atletas siempre separaron las sesiones de fuerza y resistencia aeróbica, por lo que utilizan escasamente el entrenamiento concurrente; mientras que las personas que buscan salud, bienestar ó estética en el ejercicio, e igualmente los pacientes, no creo que deban preocuparse de esas interferencias entre modalidades de entrenamiento, ya que su objetivo no es el rendimiento. A veces sobrevaloramos pequeños detalles y dejamos sin control aspectos fundamentales del entrenamiento.

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