Entrenamiento concurrente en pacientes de edad avanzada con síndrome metabólico

El síndrome metabólico es muy frecuente en personas de edad avanzada. Tanto el ejercicio aeróbico, como el de fuerza, han mostrado efectos beneficiosos para estos pacientes. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Agner y col, 2017; Arch Gerontol Geriatr 75:158-164; doi: 10.1016/j.archger.2017.12.011) cuyo objetivo fue determinar los efectos de un programa de entrenamiento concurrente sobre la fuerza muscular, rendimiento al caminar, perfil metabólico, riesgo cardiovascular, uso de medicamentos y calidad de vida en adultos de edad avanzada con síndrome metabólico. El ensayo clínico se realizó con 41 hombres y mujeres que fueron asignados aleatoriamente a un grupo control o grupo de intervención, realizando las siguientes valoraciones: fuerza (1RM para 12 grupos musculares); test 6 min de marcja (6MWT), niveles sanguíneos de colesterol y glucosa, uso de medicamentos y calidad de vida (SF36). La intervención se desarrolló 2 sesiones a la semana para un total de 24 sesiones de entrenamiento concurrente (50 min ejercicios de fuerza (40-70% 1RM) y 40 min de caminar (70-85% FCmax). Los resultados mostraron un aumento de la fuerza de todos los grupos musculares y de la distancia recorrida en 6MWT en el grupo de intervención frente al grupo control (p=0,001). En el grupo de intervención se demostró una reducción del consumo de medicamentos (biguanidas). No se observaron cambios en el perfil metabólico, factores de riesgo cardiovascular o calidad de vida. Los hallazgos de este estudio ratifican la eficacia del entrenamiento en la ayuda al tratamiento de pacientes con síndrome metabólico, en este caso aplicando entrenamiento concurrente 2 días por semana.

La combinación de diferentes modalidades de ejercicio es lo más beneficioso para la gran mayoría de las patologías crónicas sensibles a los efectos del ejercicio. La mayor parte de los pacientes (a los que no les gusta el ejercicio) prefieren menos sesiones de ejercicio a la semana, aunque estas sean un poco más prolongadas, lo que en la práctica hace necesario aplicar entrenamiento concurrente. Independientemente de los interesantes debates académico-científicos que se puedan establecer acerca de posibles ventajas e interferencias al entrenar de manera simultánea fuerza y resistencia aeróbica, en la práctica con pacientes ello queda relegado a un plano muy secundario por los beneficios globales que aporta esta modalidad de entrenamiento.

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