Ejercicio de alta intensidad y tolerancia al dolor

La influencia del ejercicio sobre la tolerancia al dolor no ha sido muy explorada en el ámbito de la fisiología del ejercicio. El ejercicio de resistencia aeróbica se asocia a liberación de opiáceos endógenos (endorfinas) que podrían tener efectos adaptativos sobre la tolerancia al dolor. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (O’Leary y col, 2017; Eur J Appl Physiol 6-sep) cuyo objetivo fue examinar los efectos del entrenamiento interválico aeróbico de alta intensidad (HIIT) comparado con un volumen igual de entrenamiento continuo de moderada intensidad (CONT) sobre la tolerancia al dolor muscular y tolerancia al ejercicio de alta intensidad. Los sujetos voluntarios fueron asignados aleatoriamente a un grupo para realizar un entrenamiento de 6 semanas. Entrenamiento HIIT (6-8 x 5 min a intensidad media entre VO2max y máximo estado estable del lactato) o entrenamiento CONT de igual volumen (60-80 min al 90% del umbral láctico) realizados en cicloergómetro. Se utilizó un test de torniquete para examinar la tolerancia al dolor muscular y un test hasta el agotamiento (TTE) a la intensidad del HIIT, que se completaron antes y después del periodo de entrenamiento. Los resultados mostraron que ambos entrenamientos mostraron resultados similares en el aumento del fitness aeróbico. El HIIT mejoró el resultado del TTE en mayor medida que en CONT. El grupo HIIT mejoró la tolerancia al dolor (~41%), mientras que no se observaron efectos en el grupo CONT. Los cambios en la tolerancia al dolor mostraron una relación positiva con las modificaciones de TTE, tanto en intensidad relativa, como absoluta. Los autores sugieren que el entrenamiento HIIT aumenta la tolerancia al dolor muscular, siendo un factor independiente de la mejora de la condición aeróbica, y puede contribuir a incrementar la tolerancia al dolor asociado a entrenamientos de muy alta intensidad.

Estos hallazgos son interesantes, no solo en el ámbito de la fisiología del ejercicio vinculada al rendimiento, dónde puede suponer una adaptación adicional que se vincule a la mayor capacidad de soportar cargas de entrenamiento, sino sobre todo a la fisiología clínica del ejercicio, donde quizás algunos pacientes que sufren dolor crónico pudieran verse favorecidos. Claro que es raro que un paciente con dolor crónico pueda realizar HIIT.

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