El entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo (BFR) fue introducido por el Dr. Yoshiaki Sato en 1966 bajo el nombre de entrenamiento Kaatsu. Consiste en utilizar dispositivos de compresión, como manguitos o torniquetes, alrededor de las extremidades para reducir el flujo sanguíneo arterial y restringir el retorno venoso, aumentando así la efectividad del entrenamiento muscular. Estudios previos demostraron que el BFR puede incrementar la fuerza y la masa muscular con cargas reducidas, lo cual ha llevado a su amplia aplicación en el ámbito deportivo y la rehabilitación.
El BFR mejora la eficiencia metabólica, la actividad neuromuscular, la síntesis de proteínas, la proliferación de células satélite y el flujo sanguíneo en el músculo esquelético. Además, induce el crecimiento vascular y mejora la función del sistema nervioso simpático, siendo útil en la rehabilitación y la salud pública, especialmente para reducir el dolor y la atrofia muscular en personas lesionadas.
Aunque la mayoría de las investigaciones se han centrado en los efectos del BFR combinado con entrenamiento de fuerza, pocos estudios han evaluado su impacto en el entrenamiento de resistencia aeróbica. El entrenamiento de resistencia tradicional mejora el gasto cardíaco, el consumo máximo de oxígeno (V̇O2max) y la biogénesis mitocondrial, mientras que el entrenamiento de fuerza se enfoca en el aumento de la masa muscular, las adaptaciones neuronales y la mejora de la fuerza máxima. Estudios recientes sugieren que la combinación del BFR con el entrenamiento de resistencia podría mejorar tanto la fuerza como la capacidad aeróbica, proporcionando un método práctico para mejorar la aptitud cardiorrespiratoria sin necesidad de una alta intensidad de ejercicio.
El objetivo del estudio fue evaluar, mediante un metaanálisis, los efectos del BFR combinado con entrenamiento de resistencia sobre el V̇O2max, la fuerza de los músculos de las extremidades inferiores, la potencia anaeróbica y el rendimiento deportivo en atletas.
El metaanálisis incluyó 9 estudios controlados aleatorizados (RCTs) y demostró que el BFR combinado con entrenamiento de resistencia mejora significativamente la fuerza de los músculos de las extremidades inferiores y el V̇O2max de los atletas. Sin embargo, su impacto en la potencia anaeróbica y el rendimiento deportivo fue limitado.
En cuanto al V̇O2max, los resultados mostraron un efecto moderado y estadísticamente significativo. La ausencia de heterogeneidad o sesgo de publicación sugiere una alta fiabilidad de los resultados. Un aumento promedio de 26.43 ml/km/kg en el V̇O2max se asoció con el BFR, con estudios específicos mostrando incrementos de hasta un 9.1% tras 5 semanas de entrenamiento de baja intensidad en atletas de remo. Los mecanismos subyacentes pueden incluir adaptaciones centrales, como un mayor gasto cardíaco, y remodelación del músculo esquelético, particularmente en la densidad capilar.
Respecto a la fuerza muscular, se observó un efecto grande, especialmente en la extensión y flexión de rodilla. La combinación de BFR con entrenamiento de resistencia puede incrementar la hipertrofia muscular, la saturación de oxígeno en sangre y la capacidad glucolítica, aumentando la capacidad adaptativa del músculo. Los mecanismos incluyen la hinchazón celular y la acumulación de metabolitos, lo cual desencadena la síntesis de hormonas anabólicas y el reclutamiento de fibras musculares de contracción rápida.
En contraste, la potencia anaeróbica mostró un efecto pequeño, evidenciando que el BFR podría no ser suficiente para mejoras significativas en la potencia máxima y media durante ejercicios de alta intensidad, como la prueba de Wingate de 30 segundos. Aunque la combinación de BFR con entrenamiento anaeróbico podría aumentar la capacidad de tolerancia al lactato y el estrés metabólico, la duración limitada de algunos estudios podría haber influido en estos resultados.
Finalmente, el rendimiento deportivo mostró una mejora pequeña. La heterogeneidad observada en los estudios indica que factores como el tipo de deporte, la intensidad y la duración del entrenamiento pueden influir en los resultados. Se recomienda un volumen de entrenamiento moderado a alto durante al menos 6 semanas, con sesiones de baja y alta intensidad para obtener mejores adaptaciones.
En conclusión, el BFR combinado con entrenamiento de resistencia mejora la fuerza de las extremidades inferiores y el V̇O2max, pero tiene un efecto limitado en la potencia anaeróbica y el rendimiento deportivo. Para maximizar los beneficios, es crucial personalizar los programas de entrenamiento con BFR en función de los objetivos específicos. Se sugiere que futuros estudios exploren la efectividad del BFR en deportes de equipo y evalúen diferentes niveles de presión de oclusión arterial (AOP) para optimizar los resultados deportivos.
Acceso libre al artículo original en: http://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/03/The-effects-of-blood-flow-restriction-combined.pdf
Referencia completa:
Dong K, Tang J, Xu C, Gui W, Tian J, Chun B, Li D, Wang L. The effects of blood flow restriction combined with endurance training on athletes’ aerobic capacity, lower limb muscle strength, anaerobic power and sports performance: a meta-analysis. BMC Sports Sci Med Rehabil. 2025 Feb 22;17(1):24. doi: 10.1186/s13102-025-01072-y.