“Efecto ahorro” de actividad física en programas de ejercicio aeróbico y de fuerza

subir escalerasDebido a la corta duración de las sesiones de ejercicio, los efectos de estas sobre otros aspectos que contribuyen al gasto de energía diario total (TDEE), como la actividad física no asociada al ejercicio, necesita ser considerada cuando se evalúan los beneficios de un programa de ejercicio. La actividad física (PA) no asociada al ejercicio refleja las actividades de la vida diaria. Incluso en sujetos previamente sedentarios el gasto de energía de actividades no vinculadas al ejercicio fue mayor que el gasto inducido por el ejercicio programado, por lo que una alteración en la PA no asociada al ejercicio puede ser un determinante clave en el éxito de programas de pérdida de peso asociados a ejercicio. La mayoría de los programas utilizan ejercicio de resistencia aeróbica, que se asocia a un mayor gasto de energía en las sesiones de ejercicio respecto a los programas de fuerza. Sin embargo, el entrenamiento aeróbico se ha asociado con un descenso de la PA no vinculada al ejercicio, lo que minimiza el TDEE. No se conocen bien los efectos en este sentido de los programas basados en el entrenamiento de la fuerza. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Drenowatz y col, 2015; SpringerPlus 4: 798) cuyo objetivo fue examinar los efectos agudos y crónicos del ejercicio aeróbico y de fuerza sobre el TDEE y la PA no vinculada al ejercicio en jóvenes previamente sedentarios. Nueve hombres (edad media: 27 años) completaron 2 programas de ejercicio de 16 semanas (3 sesiones de ejercicio/semana) de entrenamiento aeróbico ó de fuerza separados por un mínimo de 6 semanas en orden aleatorio. Se valoraron el gasto energético y la actividad física realizada antes de cada intervención y durante los programas de ejercicio. Los resultados mostraron que el gasto energético total en los días de ejercicio aumentó una media de 443 kcal/día y 239 kcal/día para los programas de ejercicio aeróbico y de fuerza, respectivamente. La actividad física no asociada al ejercicio, sin embargo, disminuyó los días de ejercicio aeróbico (valor medio de -148 kcal/día). No hubo modificaciones en el gasto calórico total diario y actividad física no asociada al ejercicio en los días de no entrenamiento aeróbico, mientras que el entrenamiento de fuerza se asoció con un aumento de la actividad física no asociada a ejercicio durante los días de no entrenamiento (valor medio: 216 kcal/día). Los resultados de este estudio sugieren una reducción compensatoria en la actividad física no asociada al entrenamiento aeróbico. El entrenamiento de fuerza, por otra parte, parece facilitar la actividad física no asociada al ejercicio, particularmente en los días de no entrenamiento, lo que puede conllevar a adaptaciones ventajosas en respuesta a un programa de ejercicio.

Es muy habitual que las personas implicadas en programas de ejercicio dejen de realizar diferentes actividades físicas de la vida diaria (e. subir escaleras en vez de utilizar ascensor) que como podemos observar en el estudio comentado constituyen en su conjunto un gasto energético muy relevante. Los responsables de estos programas deben poner tanto o más énfasis para convencer a pacientes y clientes que deben seguir realizando el máximo de momentos de actividad física durante el día no permaneciendo además mucho tiempo sentados.

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