Los pacientes con diabetes tipo 2 (T2D) son especialmente sensibles al entrenamiento físico, así como a medidas nutricionales en el control de la enfermedad. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Francois y col, 2017; J Diabetes Complications 29-nov) cuyo objetivo fue examinar si la combinación de entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) y la suplementación con proteínas post-ejercicio podría mejorar las adaptaciones cardiovasculares en pacientes diabéticos tipo 2. Participaron pacientes con T2D libres de enfermedad cardiovascular que realizaron durante 12 semanas entrenamiento (2 sesiones/semana) de fuerza y HIIT (4-10 x 1 min al 90% FCmax), siendo asignados a diferentes grupos de intervención: bebida de leche post-ejercicio, leche + proteínas post-ejercicio o placebo. Antes y después del tratamiento se valoraron el espesor de la íntima de arterias carótida y femoral (IMT), asi como el flujo de la arteria femoral por ultrasonidos. Los resultados mostraron que después de 12 semanas de intervención IMT femoral, velocidad de flujo femoral y carotideo y frecuencia cardiaca de reposo, fueron menores respecto a los valores pre-entrenamiento. No se observaron diferencias respecto al tipo de suplementación nutricional post-entrenamiento. Los autores concluyen que el HIIT reduce el espesor de la íntima arterial femoral, rigidez arterial y frecuencia cardiaca de reposo en pacientes con diabetes tipo 2. La adición de bebidas ricas en proteínas post-entrenamiento no se asoció a efectos adicionales.
Con frecuencia nos centramos en aplicar ejercicio de la manera más eficaz posible en nuestros pacientes, olvidando otros entornos que pueden favorecer o potenciar los propios efectos del entrenamiento. La nutrición, incluyendo la suplementación, es clave para acompañar las adaptaciones asociadas al entrenamiento deportivo, pero también al entrenamiento clínico.